Sean críticos y tengan inquietudes, sin cambiar sus principios revolucionarios(+ Fotos)

Apenas clareó la mañana de este lunes 26 de julio, Día de la Rebeldía Nacional, jóvenes de todo el país hundieron sus manos en los surcos para contribuir a la producción de alimentos, accionar vital en tiempos de escaseces, cuando el imperio aprieta con perfidia las tuercas del bloqueo y una pandemia pone a prueba la resistencia y capacidad de nuestro Sistema Público de Salud.

Al sureste de la capital, en el municipio Cotorro, el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, participó, junto a jóvenes, federadas y trabajadores, en las labores culturales en los canteros de la UEB Primero de Mayo, perteneciente a la Empresa Agropecuaria Habana.

En esta entidad, con 80 hectáreas en 13 fincas de tierra, se producen hortalizas, frutas y viandas para el consumo social y la venta a la población a través de los mercados agropecuarios. Aquí se produce, igualmente, el 60 por ciento de las semillas propias que se utilizan en la siembra de yucas, maíz, boniatos y calabazas; además, se cuenta con un laboratorio para la obtención de productos biológicos necesarios, cuya compra se ha visto dificultada por causa del cerco económico de Washington.

Luego de escarbar la tierra y cosechar pimientos, habichuelas, quimbombó y cebollinos, el Primer Ministro dialogó con los jóvenes y federadas presentes. En un intercambio reflexivo y sin formalismos, sentado sobre un cajón de recoger los productos, con su camisa a medio abotonar y el sudor corriendo por su frente, Marrero Cruz les pidió tener una actitud crítica, decir lo que piensan, expresar sus inquietudes, pero sin cambiar los principios de la Revolución.

«Necesitamos una juventud dispuesta a hacer las cosas mejor, dispuesta a hacer cambios para tener una Patria mejor, pero sin renunciar a los principios revolucionarios, a esos valores que heredaron de sus padres y abuelos», les transmitió.

Sobre la situación excepcional que vive Cuba, agravada por la pandemia y el recrudecimiento del bloqueo, Marrero Cruz comentó que los tiempos que estamos viviendo son de estar con el oído puesto en la tierra, escuchando realmente lo que opina y piensa el pueblo, haciendo cosas diferentes para avanzar y seguir adelante. «Tengo el pleno convencimiento que el pueblo continuará apoyando con paciencia, pero nosotros tenemos el gran compromiso de que esa paciencia no llegue a un tope. Con bloqueo y sin bloqueo, tenemos que avanzar en resolver los problemas.

«No vamos a esperar que levanten el bloqueo un día, nunca lo hemos hecho. Tenemos, con nuestros propios esfuerzos, que resolver nuestros problemas, nuestras insuficiencias, cambiar todo lo que deba ser cambiado, como dijo Fidel (…) No le tenemos miedo al cambio, todo lo que estamos haciendo son cambios, pero no vamos a cambiar los principios, la base del concepto de Revolución (…) el Socialismo tenemos que irlo perfeccionando, perpetuándolo, haciéndolo cada vez más justo, cada vez más dirigido a resolver los problemas del pueblo».

Marrero Cruz aseguró que los primeros que estamos insatisfechos con los problemas somos nosotros (los revolucionarios). «Vivimos en un eterno desvelo, no preocupación por preocupación, sino ocupación. Nos estamos ocupando, es muy duro enfrentar tantos problemas sin tener los recursos. ¿Por qué no se atreven a levantar el bloqueo?, para que así vean lo que es capaz de hacer un pueblo sin esas restricciones», afirmó.

Por último, el Primer Ministro consideró que, aunque tenemos muchas cosas pendientes, y hasta otras se nos han juntado, lo que no nos faltará (ni nos puede faltar) es la confianza en el futuro y la seguridad de que vamos a vencer. Dicho esto, aplaudió, brincó y bailó, al ritmo de conga, junto a las juventudes reunidas en la cooperativa.

Cuba celebró el Día de la Rebeldía Nacional desde el compromiso de aunar esfuerzos y juventud para continuar edificando una nación más inclusiva, en el amor y la fraternidad de todos sus hijos.