13
SANTA CLARA, Villa Clara.— Volvieron las palabras, desenfundadas por un verbo diverso en la asamblea de balance 11no. Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en este municipio, para razonar sobre la esencia que sustenta a su organización, desde cuántos la integran hasta si estos asumen conscientemente sus postulados y cómo la prestigian en el hacer cotidiano.
Así hubo enfoques discrepantes, en especial en el análisis sobre el crecimiento y el protagonismo de la militancia, más allá de la cobija del comité de base.
El delegado Hermes Germán Aguilera, secretario del Comité UJC en la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, recordó una verdad obvia, pero descuidada en la práctica, al afirmar que la magnitud de una organización se mide por la cantidad de sus miembros y la pujanza y ejemplaridad con que actúan.
Sobre el crecimiento, el delegado Alberto Alejandro Milián, estudiante de Medicina, enfatizó que —en ocasiones— se realiza pensando más en lo cuantitativo que en los méritos que debe tener el propuesto. Y luego se da el caso de la falta de protagonismo de los militantes en la sociedad para enfrentar las indisciplinas sociales.
Al respecto hubo consenso en que la militancia participa de manera masiva en grandes tareas productivas, políticas e ideológicas; pero a nivel individual falta esa oposición a lo mal hecho en la comunidad o los mismos centros donde radican.
Consecuentemente, tal realidad, aunque no sea el denominador común, perjudica el prestigio de la organización, valoró el joven Vladimir Hernández, quien alertó que deben ingresar a esta solo los que cuentan con los méritos suficientes.
Relevante trascendencia tuvo este análisis sobre esos aspectos y otros de la vida interna de la organización, que en este municipio decide en el buen, regular o mal accionar de la UJC en la provincia.
Se entiende fácil la aseveración cuando sabemos que el municipio cuenta con una militancia de 14 045 integrantes, de ellos 8 831 estudiantes y 5 714 trabajadores, organizados en 1 086 comités de base.
Las cifras, por sí solas, muestran que hay una amplia base que sostiene a la organización, y también el porqué de la necesidad de incrementar la membresía en el sector productivo, vital para la economía, como afirmó Imayasima de la Caridad Mazorra, primera secretaria de la UJC en el municipio.
Al valorar el análisis sobre el crecimiento, Yudí Rodríguez Hernández, primera secretaria del Partido en Villa Clara, enfatizó en lo imprescindible de romper esquemas de números y entrar en temas de cualidades, de convicciones, de sentimientos patrios, de compromiso con la obra de la Revolución.
Para Diosvany Acosta Abrahantes, miembro del Buró Nacional de la UJC, la asamblea fue una expresión del debate y el diálogo transparente que debemos tener en las estructuras de base. Además, mostró que existe una juventud comprometida, diversa y, por lo tanto, hay que escuchar a todos.
En definitiva, los delegados esgrimieron esa arma poderosa de saber qué anda mal, pero lo dicho en palabras hay que cincelarlo, golpe a golpe, para fijarlo y a la vuelta de la próxima asamblea no volver con más de lo mismo.
