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El compromiso de los jóvenes con el desarrollo económico y social de su territorio hilvanó los principales momentos de la asamblea 11no. Congreso de la UJC . Autor: Falco Publicado: 13/11/2019 | 09:56 pm
PALMA SORIANO, Santiago de Cuba.— En cada uno de los altos retos que tiene este municipio santiaguero —y que apuntan hacia cómo producir más alimentos desde el surco o la industria, qué hacer para garantizar el cumplimiento de los planes de circulación mercantil, de qué manera impulsar la construcción de viviendas o reducir los niveles de infestación del mosquito Aedes aegypti que hoy conducen a la transmisión de arbovirosis—, está presente el aporte y protagonismo de los jóvenes palmeros.
Así pudo constatarse durante el desarrollo de la asamblea municipal de balance 11no. Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en la llamada tierra del Cauto, en la que sus delegados, procedentes de las más diversas zonas y sectores del territorio, dejaron claro que no hay un consejo popular o comunidad donde la vanguardia política joven no esté inmersa en una tarea determinada en pos del desarrollo económico y social.
Lograr que el municipio cierre el año con resultados favorables requiere integración, les dijo Yoandry Hernández Suárez, vicepresidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, tras dibujarles un retrato de la realidad socioeconómica del municipio.
Díganos en qué más podemos apoyar, insistió Marisleidis Rosales Callol, ratificada como primera secretaria del Comité Municipal de la UJC, al tiempo que en cada una de las intervenciones los dirigentes juveniles ilustraron con ejemplos concretos que piensan como país desde su pedacito.
Así, se habló del empuje de los bisoños también en las producciones agropecuarias en los campos de caña de la CPA Juan José Verdecia; de la utilización del dos por ciento de la ganancia de la cooperativa para el beneficio social y de la recreación de la zona; y de la presencia de destacamentos juveniles en manzanas y áreas de salud, lo mismo explicando la importancia del autofocal o de no ocultar cualquier síntoma febril, que descubriendo y enfrentando los factores que hoy dan vida al vector en las comunidades.
Se contó de entrega desde las aulas y empeños en el ahorro de recursos, en el enfrentamiento a ilegalidades y en el fomento de una cultura de la sexualidad que prevenga problemáticas como el embarazo en la adolescencia, y de afán joven en el entorno urbano y en las zonas rurales.
Sin embargo, fue Pedro Calderón, el secretario general del comité de base de la UJC en la Empresa Cafetalera palmera, quien introdujo la idea que conectó el debate con los desafíos hacia lo interno de la organización. Mientras refería cómo en pleno apogeo de la cosecha cafetalera su comité de base despliega acciones para apoyar el acopio del grano de la variedad robusta, el joven dejaba claro que no existe ninguna tarea que no sea impulsada, diseñada, desde ese núcleo de la vida de la organización.
Con él coincidía la integrante Yannara Concepción Domínguez, miembro del Buró Nacional de la UJC: las acciones y estrategias, el aporte al país, se planifican desde el comité de base; eso es funcionar, pues solo una organización robusta, pendiente de su universo juvenil, con un secretario preparado y militantes-ejemplo, puede pensar en diseñar e irradiar acciones a la comunidad y liderar esa contribución.
Esa es la manera de defender el presente de una UJC más parecida a su tiempo y el mejor ejemplo del funcionamiento de una estructura juvenil alejado del esquema del acta y la cotización. Esa es la UJC que escribe desde el futuro, la que desde «la concreta», con dinamismo y creatividad, le pone cada día compromiso a su quehacer diario.
