Niubys fue electa en mayo último como la presidenta de la Comisión Organizadora. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 05/12/2017 | 11:16 pm
Asegura que le gustan mucho los libros difíciles, esos de los cuales a veces ni siquiera entiende los contenidos. Ello la llevó a leer muy temprano El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha y La Ilíada, que la han marcado poderosamente, mientras el libro Corazón lo siente como un reflejo de su vida cotidiana, de lo que uno encuentra que tiene que superar y crecerse.
En su tiempo libre le gusta dedicarle espacio a sus seres queridos, visitar amistades a quienes tiene lejos por estar en La Habana y a los profesores de enseñanzas anteriores. «La música también me gusta y ver películas, sobre todo, románticas o biográficas, así como pasear por las calles de Pinar del Río, aunque estudiar es lo que más hago».
Niubys García Otaño, la joven nacida y criada en Pinar del Río que preside la Comisión Organizadora de la Asamblea Nacional de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM), fue una pionera muy activa, que participaba en cuanto evento se realizaba y le gustaba presentar investigaciones o trabajos sobre el consumo energético y el ahorro del agua.
«Cuando comencé mis estudios preuniversitarios en el IPVCE Federico Engels me propusieron para integrar la candidatura del centro y luego la del municipio, donde resulté electa vicepresidenta. Incluso vine casi todos los meses a La Habana, pues el Secretariado Nacional me convocó para varios entrenamientos y para participar en diferentes actividades».
Lo que no imaginó Niubys fue que esas visitas a la capital traerían algunas sorpresas, luego de haber asumido también como vicepresidenta provincial de la organización en Pinar del Río. «A solo tres meses de esa responsabilidad me ascienden al Secretariado Nacional, en mayo de 2016. En septiembre del propio año, en el Consejo Nacional, resulté electa vicepresidenta nacional, cargo que desempeñé todo 11no. grado, hasta que en mayo pasado resulté Presidenta de la Comisión Organizadora».
Niubys es una muchacha muy madura para su edad y es de esas personas que convencen con sus ideas, porque no vacila ni improvisa. Es capaz de entusiasmar a todo el que la rodea. Esos dones le vienen de su hogar, de la familia.
«Desde la casa he visto el ejemplo de lograr que las cosas salgan bien, de ocupar diversas responsabilidades, de conducir y de unir a personas con intereses diferentes, pero en aras de contribuir a un bien común.
«Desde pequeña me gustaba declamar en la escuela, memorizar y decir cuentos. Siempre me gustó hacer los matutinos, prepararlos, participar, hacer actividades que les gustaran a los estudiantes. Eso me hacía sentir bien, útil, formarme y superarme.
«La FEEM ha sido una experiencia importante. En la organización he aprendido muchas cosas, a saber que no se trata solo de cumplir con las tareas, sino también de ayudar a los demás, aconsejarlos, ser amiga y compañera en todo momento, entender que junto al esfuerzo deben premiarse los resultados y que la constancia es decisiva».
—¿Cómo debiera ser un líder estudiantil en Cuba hoy?
—Creo que lo primordial es la modestia, la sencillez y el compromiso con que se asuma un cargo. Pensar cómo aportar y dejar una pequeña huella donde quiera que se esté, nunca mentir, ser transparente, explicar cómo verdaderamente ocurren los procesos, asimilar cualquier crítica, perfeccionar lo que hacemos y no guardar silencio ante lo incorrecto.
«Creo que un líder verdadero debe tener una dosis de carisma, de afecto, respeto y cariño sincero de la gente que lo rodea. Debe saber ponerse siempre en el lugar de los que más necesitan y no olvidar nunca las raíces. Ese es el ejemplo que nuestro pueblo ha visto en Fidel y sus principales líderes».
—¿Crees que la FEEM tiene que incidir más para lograr que los estudiantes asuman estudiar como una responsabilidad individual y no lo hagan solo para aprobar los exámenes?
—El finalismo y estudiar solo con la mirada puesta en las notas, sin preocuparse verdaderamente por el conocimiento, ha sido debatido y planteado históricamente en el seno de la organización. Cada día emprendemos acciones para que los estudiantes comprendan que estudiar no es solo de un día, sino de la vida entera y nuestro principal deber.
«Ante esas urgencias nos hemos planteado un verdadero funcionamiento de las casas de estudio y de las sociedades científicas, el uso adecuado de las bibliotecas escolares, el acercamiento a los profesores, el empleo de los laboratorios de Física, Química…, el aprovechamiento de las prácticas preprofesionales y las aulas anexas, así como un amplio proceso con los alumnos de 12mo. grado para que se comprometan a realizar las pruebas de ingreso».
—¿Cuáles son las principales metas de la organización estudiantil hoy?
—Son muchas las tareas que debemos emprender y que hoy necesitan mayor atención. Me refiero a la incorporación de estudiantes a carreras pedagógicas y técnicas, fundamentalmente por las necesidades de desarrollo del país. Se trata de influir para que el ingreso sea mayor y se cubran las necesidades, pero también para que se haga, no como última opción, sino que ingresen estudiantes que verdaderamente posean cualidades y capacidades, que les guste la profesión y la ejerzan con calidad y orgullo.
«Es necesario continuar creando conciencia sobre la necesidad de que sean nuestros miembros quienes asuman una postura comprometida ante la defensa de la Patria, acudiendo al Servicio Militar Activo y al Servicio Militar Voluntario Femenino. Tampoco puede faltar el trabajo político-ideológico, que asegure la formación patriótica y el trabajo preventivo desde los centros, irradiando a las comunidades. Es preciso el combate ante las indisciplinas sociales, la chabacanería, el uso incorrecto del uniforme escolar, el consumo de drogas…».
—¿Cómo debe ser la FEEM en la actualidad para que se parezca más a sus estudiantes?
—Tiene que ser convincente, participativa. Debemos trabajar mucho más para atraer a la mayoría de nuestros miembros, lograr que la organización sea más proactiva, que ante un problema en un centro sea la primera en denunciarlo y que a sus dirigentes acudan los estudiantes con confianza y certeza. Esas cosas solo se logran con el respeto por nuestra consagración a la tarea.
«Hay que pensar en todo el mundo. Tiene que ser igual de importante el presidente de grupo que el municipal, cada cual con sus iniciativas propias y deberes concretos. Hay que motivar, movilizar y lograr ser artífice en todo. Debemos actuar en correspondencia con los tiempos actuales, conocer qué les gusta a los estudiantes y cómo de esta manera inculcarles los valores y principios que no podemos perder. Debemos seguir perfeccionado métodos y maneras de trabajo. Esa es la organización atractiva, entusiasta, comprometida, interesante que nuestros miembros necesitan».
—Para la FEEM también es un compromiso contribuir a la preparación y formación integral de un joven consecuente con lo que vive el país, ¿Cómo hacerlo?
—Todos los procesos que desarrollamos son para contribuir a ese fin. Hoy contamos con las preparaciones políticas, con los turnos de reflexión y debate, con las asambleas de grupos como espacio fundamental de la organización, con los movimientos que forman a nuestros miembros desde la cultura e identidad nacional, el deporte y la recreación sana, la investigación y el desarrollo de actividades que contribuyan a su desempeño profesional en el futuro.
«Para alcanzar mayor influencia hay que seguir hablando de las esencias revolucionarias, del acercamiento a la historia de Cuba para indagar y amar lo que hoy disfrutamos. Debemos saber cómo viven y piensan los estudiantes de otras latitudes privados de todos los derechos que tenemos conquistados los jóvenes cubanos».
—Desde 2008, con la realización del 11no. Congreso, la organización no reunía a una representación de su membresía en una estructura de dirección como esta…
—Así es. Nuestro documento rector establece que debe ser cada cinco años de acuerdo con las condiciones económicas que presente el país. Ahora llega la Asamblea Nacional, lo cual no quiere decir en absoluto que el congreso desaparece, al contrario, continúa siendo nuestro principal órgano de dirección y la Asamblea se convierte en el escalón entre el Consejo Nacional y el Congreso para trazar políticas y consultar importantes decisiones, como parte del desarrollo de nuestros procesos, movimientos y actividades.
«La Asamblea Nacional ha venido a revitalizar nuestras estructuras. Hacía nueve años no se vivía un proceso intenso que removiera las bases y permitiera un debate más franco e integral en pos de continuar siendo el estudiantado de vanguardia que hoy necesita el país. Además, representa el espacio oportuno para definir los cambios finales al documento rector de la organización y para seguir pensando cómo formar estudiantes más comprometidos con el proceso revolucionario desde su ejemplaridad y conocimientos.
«Este ha sido un proceso donde ha primado el entusiasmo del estudiantado, su amplio debate sobre los principales temas que preocupan y ocupan a la organización, sobre los procesos que desarrollamos y la certeza del lugar que nos corresponde en la continuidad del proceso revolucionario. Nos ha reafirmado en el encargo que tenemos de afianzar el pensamiento de Fidel, siendo mejores estudiantes y revolucionarios, y también en la necesidad de estar a la altura de este tiempo virtuoso».