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BARTOLOMÉ MASÓ, Granma.— Unos cien niños de la Sierra Maestra y otras zonas apartadas de Cuba celebraron aquí durante tres días el Festival de Tradiciones Campesinas, en su edición 24, el singular certamen que cada año intenta afianzar en los más nuevos el amor al campo.
Además de las competencias de habilidades (nudos y amarres, confección del catauro, enlace de terneros y ensille de caballos, entre otras), el evento, celebrado en el campamento de pioneros exploradores Che Comandante, incluyó exposiciones de platos propios de las regiones campestres.
Los alumnos, integrantes de diez campiñas pioneriles del territorio, protagonizaron también entusiastas guateques, en los que no faltaron el repentismo y las coreografías.
«Lo que más interesa del festival no es la competencia, sino propiciar la formación vocacional y la orientación profesional en los niños; que estos comprueben las bondades del campo, incentivar en ellos el amor al medio ambiente y los recursos naturales», expresó Yulieski Tamayo Verdecia, presidente de la Organización de Pioneros José Martí en Granma.
Rodeados de bohíos levantados por ellos mismos, los pioneros mostraron sus dotes artísticas, su dominio de los instrumentos de trabajo y el apego a tradiciones cubanas vinculadas a la cocina, la música y hasta el modo de vestir.
