En los últimos años se han destinado recursos para elevar la producción de alimentos, reducir su importación y favorecer el incremento de las producciones exportables. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 06:31 pm
Cuando le pregunté hace aproximadamente cinco años cuál era el principal problema que aquejaba a la agricultura para su desarrollo, esperaba que el Doctor Arnaldo F. Álvarez se refiriera a la obsolescencia tecnológica, al cambio climático, a la falta de insumos…, pero sin titubear me respondió: el hombre.
Aquella respuesta, carente del lenguaje de género, pero rotunda, ofrecida por un experto en Biología, con más de un libro escrito y larga data como vicedirector del Instituto de Investigaciones Forestales, reapareció en mi memoria durante el balance de la Agricultura celebrado recientemente.
En casi todos los acápites analizados en la referida reunión anual se señaló el éxodo de técnicos y el envejecimiento de la fuerza de trabajo como una debilidad para asumir el presente y futuro del campo cubano.
Se trata de un dilema lo que ahora acontece en la Isla: la dirección del país cada año destina más recursos para tecnificar el campo, y a su vez es considerable la fuerza de trabajo que emigra de este sector a otros más atrayentes, así como las familias que abandonan el campo porque las condiciones no favorecen sus expectativas, al tiempo en que envejecen los que apostaron por «echar raíces».
Para comprobar cuán cierto es el fenómeno no hay que ir tan lejos. En la finca El Pinareño, ubicada en Las Guásimas, en el capitalino municipio de Arroyo Naranjo, el avezado productor Caridad Hernández Robaina, de 61 años de edad, atiende sus casi 13 hectáreas solamente con Uvaldo Raúl Caballero, de 76 años, y Eliodoro Santisteban, de 81 años.
Caridad —quien ara la tierra con bueyes, y sin la ayuda de nadie— reconoce que el envejecimiento de la fuerza de trabajo es una situación que preocupa, «porque todo el mundo exige que la tierra produzca, aunque no a todo el mundo le gusta madrugar, doblar el espinazo a pleno sol e insistir en sembrar, a pesar de lo cruel que se torna el clima para los productores».
Ante estas señales preocupantes, en busca de respuestas en torno a la disponibilidad de los recursos humanos en el sector agrícola, conversamos con Adriana Ballester Hernández, directora de Personal del Ministerio de la Agricultura (Minag), y con Luis Enrique Díaz Burón, subdirector de la misma área.
Ambos admiten que no se dispone de la cantidad de personas necesarias en el sector para el desempeño de todas las funciones. Y agregan que lo que más preocupa es la fuerza de trabajo calificada.
Ballester explicó que la demanda de fuerza técnica para cubrir la capacidad de las carreras y especialidades de nivel superior, no logra completarse hace algunos años, debido fundamentalmente a la disminución de la natalidad, lo cual ha provocado que la cantidad de estudiantes sea insuficiente.
«La falta de vocación por el estudio de carreras y especialidades agropecuarias es una realidad que está fustigando al sector. También incide la poca efectividad de las acciones de formación vocacional y orientación profesional, por igual con los ministerios de Educación (Mined) y de Educación Superior (MES), así como el bajo porciento de retención de los estudiantes matriculados.
«Tenemos clara la demanda para el período 2015-2023. Se trata de 7 880 graduados de nivel superior en especialidades agropecuarias. Según la tendencia, aun con los esfuerzos y la prioridad que se le da al sector, esta no podrá ser satisfecha en su totalidad».
Ballester reconoció, además, que se manifiestan desviaciones en cuanto a la estructura, composición, atención, estabilidad y contribución de la fuerza de trabajo al desarrollo del sector.
«En el Consejo de Ministros realizado el 26 de febrero de 2015 se hizo un llamado para estudiar de manera integral los efectos del envejecimiento poblacional y buscar soluciones ajustadas a las particularidades del país, y de cada una de las provincias. Ante esa urgencia nuestro Ministerio realizó un diagnóstico de su fuerza laboral.
«Llegamos a la conclusión de que solo el 42,6 por ciento de la fuerza técnica de nivel superior en especialidades agropecuarias con que contamos, está vinculado directamente a la producción y los servicios en el sector estatal.
«Existen, además, cargos técnicos de nivel superior vacantes en la plantilla aprobada en el sistema empresarial y presupuestado; y cargos cubiertos por personas sin el requisito de nivel superior exigido.
«Por actividades, las plazas técnicas que tienen un menor nivel de completamiento en las plantillas son de cultivos varios, ganadería y café. Todas con menos del 90 por ciento del completamiento.
«También comprobamos que tenemos graduados universitarios en especialidades agropecuarias ubicados en perfiles no propios de la función principal. En las especialidades de ingeniero agrónomo y médico veterinario esta problemática se manifiesta en mayor medida».
La funcionaria consideró que no existe una total articulación entre el plan de desarrollo del Minag y las características sociodemográficas de la fuerza de trabajo del sector, lo cual podría comprometer su eficacia. Un ejemplo lo constituye el Programa Integral de Desarrollo de Mayarí, el cual cuenta con condiciones productivas y tecnológicas, pero carece del total de la fuerza calificada que demanda.
También Ballester se refirió a la falta de visión de algunos directivos del sector y a la ausencia de plena conciencia en estos en relación con el acuciante problema del envejecimiento de la fuerza laboral y su reposición.
En 2015 la dirección del país emitió a los organismos la indicación de que cada uno orientara sus medidas para atender la situación demográfica desfavorable existente. Debido a la baja natalidad y falta del reemplazo, para 2030 seremos una nación envejecida, con el 30 por ciento de la población con más de 60 años de edad.
«Aunque existe una comisión nacional para la atención al tema, todavía persisten insuficiencias en la realización de la demanda de fuerza calificada, en correspondencia con los programas de desarrollo que se están implementando en la agricultura», sostuvo Ballester.
Perfeccionamiento como punto de giro
La Directora de Personal del Minag mencionó como un proceso para regular el fenómeno las transformaciones estructurales, y al funcionamiento mismo del organismo, pero reiteró que el asunto es mucho más profundo, pues tiene asociada la seria situación demográfica.
Agregó que en los últimos años se han destinado recursos para elevar la producción de alimentos, reducir su importación y favorecer el incremento de las producciones exportables.
«Se trabaja en la elaboración y aprobación de los programas que sustentan el plan de desarrollo de la agricultura; y esas dinámicas pueden resolver asuntos que en la actualidad constituyan problemas y hacen poco atrayente al campo.
«El diagnóstico realizado en 2011 para el perfeccionamiento del organismo reveló, entre los problemas principales, la descapitalización del potencial humano del sector, motivado por una insuficiente política de atención para su estabilidad y permanencia.
«El organismo se encuentra en un proceso de perfeccionamiento institucional, lo cual implica cambios en el orden funcional, estructural y de composición del sistema, para lograr una mayor efectividad y eficiencia.
«El proceso apunta a la reducción del personal de la esfera presupuestada en más de un 40 por ciento, trabajadores que en su mayoría se incorporarán al sistema empresarial, con mejores niveles de ingresos y condiciones de trabajo.
«También conducirá a la extinción del 35 por ciento de las 406 empresas del Minag, por motivo de ineficiencia. La mayoría de las que permanecerán se han integrado a Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (OSDE), excepto un pequeño número que transitoriamente permanecerán atendidas por las delegaciones provinciales. Fueron ya reordenadas siete OSDE».
—¿Cómo queda en este proceso el sistema cooperativo?
—El 66 por ciento del millón de trabajadores del sistema de la agricultura forma parte de las cooperativas. Los cambios fundamentales que se están produciendo en esas bases productivas van desde las medidas tomadas para lograr la autonomía de gestión y el reconocimiento de su personalidad jurídica, hasta la modificación de las políticas para la entrega de tierras ociosas, mediante tres normas jurídicas aprobadas en los últimos años.
«También en el sector cooperativo se autorizó la venta liberada de productos después de cumplir los compromisos con el Estado y la venta liberada de productos agropecuarios a instalaciones del turismo; así como se ha puesto en igualdad de condiciones a todas las cooperativas, con acciones como las 17 medidas que se dictaron para las unidades básicas de producción cooperativas, las cuales refuerzan la autonomía de estas y les otorgan prerrogativas que antes no funcionaban para ese tipo de base productiva.
«Las cooperativas, además, ya pueden indistintamente contratar de forma directa la fuerza de trabajo; y se les aprobó, de manera experimental, una política para la venta liberada de insumos en el municipio especial Isla de la Juventud, y de manera parcial en el resto de los territorios del país.
«Para favorecer al modo de gestión cooperativo también ha tenido lugar la descentralización de los precios de los productos agropecuarios, la estandarización de los precios de los insumos; y se ha flexibilizado el objeto social de las cooperativas, entre otras medidas.
«Asimismo han ocurrido tres procesos políticos, entre 2013 y 2015, dirigidos por el Partido, con el objetivo de movilizar políticamente a los productores, conocer sus insatisfacciones y adoptar medidas para resolverlas».
Las inversiones
El subdirector Luis Enrique Díaz Burón destacó la importancia de las inversiones en la agricultura para retener fuerza de trabajo y atraer los brazos que todavía faltan. Dijo que aunque el tema lo conduce otra dirección del Minag, no es posible hablar de capital humano sin aludir a los medios de producción y demás condiciones que favorecen la permanencia en el campo.
Refirió que cuando existe integralidad en la implementación de los programas de desarrollo las inversiones contribuyen a atraer la fuerza de trabajo, como ocurre en la empresa agroindustrial de granos Sur del Jíbaro, en el municipio espirituano de La Sierpe.
«Contamos con algunas fuentes de financiamiento externo en forma de créditos gubernamentales o comerciales, cuyos montos son millonarios. Las principales prioridades para el empleo de estos capitales son la producción de granos, maquinaria agrícola, frutales; también para bioproductos y medicamentos de uso veterinario; entre otras.
«Ese capital nos permitirá desarrollar acciones para establecer y fortalecer la alianza del Minag con el sistema de enseñanza cubano, en particular con sus universidades, las cuales poseen enormes posibilidades de contribuir al desarrollo económico y social.
«Nos ayudará ese recurso financiero a estimular la inserción de los jóvenes, mediante programas de prácticas de alumnos en empresas; reforzar la competitividad de estas a nivel local, mediante acuerdos de cooperación en materia de innovación tecnológica y asistencia técnica, así como a contribuir en la formación continua que cada vez en mayor medida demandan empresas, trabajadores y cooperativistas.
«Con esa garantía financiera también podremos motivar el espíritu empresarial y cooperativo entre los jóvenes y facilitar la modernización de las empresas, unidades empresariales y cooperativas, así como introducir tecnologías modernas que incentiven a los jóvenes a regresar al campo. También podremos fomentar el desarrollo sociocultural y continuar el perfeccionamiento en la formación de los futuros profesionales».
Díaz Burón manifestó que en función de usar el capital financiero para crear condiciones que atraigan a los jóvenes al campo, de manera prioritaria se estrechan los vínculos de trabajo con las universidades y las 21 unidades docentes vinculadas a las empresas del sistema de la agricultura.
«Hicimos un diagnóstico de los aspectos en que podemos colaborar con esas unidades docentes. De manera especial hemos dado seguimiento al reforzamiento de esos nexos con la Universidad Agraria de La Habana y la Universidad «Martha Abreu» de Las Villas.
«Igualmente consolidamos la formación vocacional y orientación profesional de los estudiantes mediante acciones que incrementen el vínculo con los centros docentes. Aunque estamos lejos de la real demanda, en el curso 2015-2016 optaron por el estudio de especialidades agropecuarias en la enseñanza politécnica 6 399 estudiantes.
«Por otra parte se contribuyó a la preparación práctica de los estudiantes en las aulas anexas y entidades de base durante su inserción laboral, y mediante la impartición de asignaturas técnicas en los diferentes centros politécnicos.
«Se le dio respuesta a la totalidad de las necesidades proyectadas para el curso 2015-2016, la cual fue de 737 aulas anexas; 630 en áreas del sector empresarial y 107 en el sector cooperativo.
«Adicionalmente se ejecutan ferias docentes agropecuarias que contribuyen al desarrollo de las habilidades profesionales en los estudiantes. En 2015 participaron más de 5 313 estudiantes de la Enseñanza Técnica y Profesional, principalmente de primer y segundo años, y más de 5 000 estudiantes de las enseñanzas primaria y secundaria básica.
En el país se ejecutan ferias docentes agropecuarias que contribuyen al desarrollo de las habilidades profesionales en los estudiantes. Foto: Calixto N. Llanes
«En cuanto a la formación que demanda el sector, a partir de la especialización del obrero calificado agropecuario, y del técnico de nivel medio en los institutos politécnicos agropecuarios (IPA) y en las filiales provinciales de la Escuela de Capacitación del Minag, hemos visto un avance, pero todavía son bajos los niveles.
«Falta definición de la demanda en las entidades del sistema empresarial adscrito a los grupos empresariales ganadero, agrícola y agroforestal. También los grupos empresariales agroforestales de Artemisa y Mayabeque precisan ser más exactos en sus necesidades por especialidad en los territorios».
«Como medida positiva, en sintonía con el interés de preservar a los graduados de nivel superior, se le presta especial atención al proceso de recibimiento en el organismo. En 2015 recibimos a más de 680, lo que representa el 47,0 por ciento de la demanda solicitada por el organismo.
«De la asignación, el 56,2 por ciento correspondió a especialidades agropecuarias y forestales. Para suplir el déficit de fuerza técnica se promovió un proceso de ubicación de técnicos de nivel medio por encima de lo demandado, y se le dio prioridad al sistema cooperativo.
«Como promedio, el 25 por ciento de los jóvenes licenciados del Servicio Militar Activo (SMA), en los últimos tres años, aceptó como variante de empleo la incorporación a actividades agropecuarias.
«Especialmente se desarrolla un programa para la entrega de tierra en usufructo, que ha abarcado a 420 jóvenes licenciados del SMA: 36 en Pinar del Río, tres en Artemisa, uno en La Habana, ocho en Mayabeque, siete en Matanzas, 34 en Villa Clara, diez en Cienfuegos, 29 en Sancti Spíritus, 34 en Ciego de Ávila, 50 en Camagüey, 12 en Las Tunas, 55 en Holguín, 107 en Granma, 23 en Santiago de Cuba, cinco en Guantánamo y seis en el municipio especial Isla de la Juventud.
«De conjunto con la UJC, como parte de la implementación de los acuerdos de su 10mo. Congreso, se realizaron activos juveniles, en los que participaron más de cien jóvenes de cada provincia. En ellos se evaluaron las problemáticas que los afectan y se adoptaron acuerdos para darles seguimiento a las mismas».
Potenciar la informatización y la automatización
Adriana Ballester Hernández, en su función de directora de Personal del Minag, consideró que para asegurar la utilización racional de la fuerza técnica calificada con que cuenta el organismo, las OSDE están urgidas de realizar un reordenamiento de la fuerza técnica calificada de nivel superior en las entidades, con énfasis en las plazas ocupadas por trabajadores sin la calificación requerida.
«Debemos reorientar el proceso de ubicación de los graduados de nivel superior, asignados por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social al organismo, dirigiendo los mismos hacia las actividades y entidades más deficitarias.
«Las OSDE contemplan, como asunto estratégico, agregar al diseño de los programas de desarrollo el uso de la informatización y automatización de los procesos, así como el incremento de la mecanización, en aras de reducir las necesidades de fuerza de trabajo».
Un S.O.S
Ballester Hernández alertó sobre la fluctuación laboral y en especial de la fuerza técnica calificada. Señaló que en 2015 un 20 por ciento del total de este preciado capital humano experimentó un movimiento dentro o fuera del sistema.
«Las causas por lo que esto ocurre son fundamentalmente las malas condiciones de trabajo y desmotivaciones salariales», acotó.
—¿Qué medidas se han adoptado para frenar el problema?
—Se puso en vigor la Resolución 273/2014, del Ministro de la Agricultura, la cual estableció para todo el sistema el programa y las medidas para estabilizar la fuerza laboral en el organismo. La misma se encuentra en fase de implementación, aunque estamos distantes de los resultados esperados, entre otras causas por la insuficiente sensibilidad, exigencia y control de algunos cuadros y especialistas responsabilizados con esta tarea.
«El ingreso medio de los trabajadores del sistema empresarial al cierre de 2015 fue de 891 pesos, lo que representa un crecimiento en relación con años precedentes. Este resultado está respaldado por un crecimiento del valor agregado bruto del 28 por ciento y una productividad anual por trabajador de 27 436 pesos, superior al plan en un 18 por ciento.
«También fueron ejecutados 21 198 000 CUC en estimulación a trabajadores, de un plan de 18 542 600 CUC, para un 111 por ciento de cumplimiento.
«La actividad de seguridad y salud en el trabajo centró su acción en el programa de prevención y control de riesgos laborales. En 2015 la accidentalidad laboral decreció en un 36 por ciento, tanto en el número de fallecidos como en la cantidad de lesionados. No obstante, hubo nueve accidentes que causaron el fallecimiento a diez trabajadores.
«La actividad forestal es la de mayor incidencia en este indicador, con 171 accidentes en 2015; de estos seis mortales, con siete fallecidos como saldo.
«En los presupuestos destinados a la compra de ropa y calzado, así como a medios de protección al trabajador se ejecutaron cifras superiores a las de 2014, aunque se cumplió lo planificado solo al 87 por ciento.
«Se destacan en el cumplimiento de las acciones de higiene y protección del trabajo la División Porcina del Grupo Empresarial Ganadero, el Grupo de Logística del Minag, y particularmente la Empresa Nacional de Proyectos Agropecuarios, por el esfuerzo y resultados durante 2015 en la declaración de centros protegidos.
«También se han puesto en funcionamiento 18 comunidades agropecuarias, a partir de la transformación de igual número de escuelas en el campo, con un total de 1 494 viviendas. Ello ha dado la posibilidad de que se incorporen más personas a la agricultura por esta vía».
—Con la fluctuación y carencia de técnicos referidas, ¿cómo garantizar el uso adecuado de la maquinaria y equipos modernos con que la agricultura está beneficiándose?
—Principalmente se concibió diseñar por las OSDE, en el proceso de perfeccionamiento del organismo, a tono con la política aprobada, la creación y funcionamiento de los centros de capacitación técnica, así como reevaluar la propuesta de centros autorizados a impartir posgrados. Un ejemplo de ello es el funcionamiento de la Escuela del Plátano, en materia de escuelas técnicas para cada cultivo.
«Se deben también definir por las OSDE, de conjunto con el Centro de Capacitación de la Agricultura, programas de preparación y actualización de técnicos y profesionales, incluidas las formas productivas que se le vinculan al sistema empresarial, con prioridad para la formación de oficios.
«Entretanto se debe garantizar por el propio Centro de Capacitación el cumplimiento del plan anual aprobado por el organismo, así como la atención metodológica a los centros de capacitación de las diferentes OSDE.
«Es importante asegurar por las OSDE, de conjunto con las Organizaciones no Gubernamentales y los centros de investigación, las vías que permitan el acceso a la información científico-técnica necesaria para incrementar el desempeño de los técnicos y profesionales del sector a partir de las prioridades establecidas, así como la creación de condiciones para el trabajo de estos. Y a la vez, realizar acciones que permitan una mayor divulgación de las mejores experiencias de los técnicos del sector.
«Para cuidar esos equipos y desarrollar la agricultura, como es necesario, se requiere de un capital humano preparado. El organismo cuenta con profesionales competentes. Posee 15 institutos de investigación con científicos en todas las ramas del saber agropecuario y una gran cantidad de ingenieros y técnicos que facilitan la introducción de nuevas tecnologías.
«No obstante, tenemos un déficit de técnicos y demás personal que debemos, con las acciones mencionadas, disminuir, porque para hacer realidad el concepto de una economía próspera y sustentable se debe tener en cuenta que el hombre es lo más importante.
«Para tener claridad de lo que digo es preciso recordar el concepto expresado por Fidel en la primera graduación de la Escuela Latinoamericana de Medicina, el 20 de agosto de 2005: “Capital humano se entiende por el conjunto de conocimientos, experiencias, habilidades, sentimientos, actitudes, motivaciones, valores y capacidad para hacer, portados por los trabajadores para crear más riquezas con eficiencia. Es, además, conciencia, ética, solidaridad, espíritu de sacrificio y heroísmo».