Tony concibió su gira como una suerte de reencuentro con sus amigos y para conquistar nuevos públicos. Autor: Hugo García Publicado: 21/09/2017 | 05:51 pm
MATANZAS.— Tony Ávila anda por estos días de gira por los municipios matanceros. Comenzó por Limonar y Los Arabos, donde él mismo se quedó «boquiabierto» con la cantidad de jóvenes que asistieron y cómo se sabían sus canciones.
«Esta gira es un sueño que he abrazado por mucho tiempo. Incluso, no pensé que fuera de este modo, con mi agrupación. Más bien en principio la idea que manejé fue hacerla en solitario con mi guitarra, una gira más pequeña, más puntual, dirigida a los seguidores de la trova que me buscan, que pudiera hacerse en espacios más reducidos, más íntimos, y sé que hoy eso es muy difícil de concretar de esa manera.
«Me gusta mirar al público para ver sus reacciones», confesó en conferencia de prensa el cantautor, quien con total transparencia conversó sobre lo sucedido en Miami, a propósito de su reciente visita a esa urbe norteamericana.
Comentó que la gira a Estados Unidos y Puerto Rico se preparaba desde hacía más de un año y se dificultó por varias razones, entre ellas los trámites en ambos lados, fechas, confirmación de concierto, hasta que se logró materializar que iba a ser básicamente en esos dos lugares.
«Se dio en un programa de televisión un hecho bastante desagradable.
«Hice un escrito que está publicado en las redes sociales. Comencé diciendo que soy un hombre de paz. Hubo amenazas a los dueños de los lugares, a nosotros también, petición de que nos retiren la visa de Estados Unidos. En esencia, ya se ha hablado bastante en las redes… Más adelante va a haber un momento, quizá más completo, más específico, para hablar más puntualmente de lo que pasó allí», explicó Ávila en la rueda de prensa efectuada en un salón del hotel Guanima, en la ciudad de Matanzas.
Sobre los propósitos de boicotear su presentación en Estados Unidos, manifestó que es un eslabón más de esa cadena de agresiones contra Cuba, que en este caso fue a través de su persona y de su presencia allí como artista: «Se hizo un concierto en The Place, un sitio de la calle 8 y la 29, en Miami, una actitud valiente del dueño del lugar que no se dejó intimidar e hicimos el concierto bien concurrido y bonito, con gente de Cárdenas, incluso con un cartel que decía “Tony: Cárdenas está contigo”.
«Siempre tuve claro a lo que fui, cómo pienso y quién soy. Todas estas pruebas consolidan más mi pensamiento y lo hacen más radical todavía en cuanto a por qué vivo en este país, por qué quiero morir en este país y por este país. Después viajamos a Puerto Rico y las mismas presiones hicieron que se cancelaran los conciertos en ambos lugares».
El autor de numerosas canciones que han pegado en las actuales generaciones de cubanos agradeció el gesto de su familia, los amigos, los vecinos, «la gente que ni me conoce», dijo; el gesto de quienes tuvieron oportunidad de subir sus criterios a los medios, a las redes sociales, sin conocerlo, pero conociendo bien la ralea de la mafia de Miami: «Sin conocer al objeto o sujeto de la agresión saben de dónde viene la cosa, y los que no me conocían ya por ahí dieron opiniones muy valientes; y los que me conocían, más todavía.
«Los cardenenses, vecinos del barrio, me han parado por la calle para darme apoyo y abrazos… Aquella mentira ni siquiera está siendo sepultada; en verdad se autosepulta, porque la mentira tiene los pies cortos. Estoy muy lejos de cosas como esas, para nada soy capaz de actos de violencia y mucho menos contra la mujer.
«Considero que soy uno de los cantautores cubanos que más se cuestiona la realidad. Cada momento que me paro a cantar lo asumo con una responsabilidad muy alta. Soy un comunicador, responsable de cada palabra que diga, y esa responsabilidad hace que lo que piense y lo que sienta lo diga en Cuba con valentía, para contribuir con mi país. Por supuesto, no iba a hacer el juego a nadie que del lado de allá quisiera manipular mis ideas; no lo iban a lograr.
«Lo mismo que hago en Cuba fui a hacerlo allí, cantar. No fui a trasladar un tono diferente para ver si conquisto a ese público con artimañas. Hago conciertos a lo cubano, con ese misma manera desenfadada de comunicarme con la gente», enfatizó Tony.
Al retomar el tema de su gira, contó que básicamente el repertorio tiene un espectro amplio de géneros, que van desde lo bailable hasta lo pensable, y eso convoca a un público muy variado, heterogéneo, que no solo va escuchar y que también quiere bailar.
«Yo fui maestro en una escuela en Los Arabos. En los conciertos me encontré muchos alumnos que fueron mis estudiantes y ahora me ven como artista. Ellos mismos guardan una especie de distancia conmigo y les dije: “vengan para acá y dénme un abrazo”. Esas muestras de cariño uno intenta reciprocarlas de la manera más abierta posible, porque no pongo líneas imaginarias, divisorias ni muros fantasmagóricos entre la gente y mi persona. Me desenvuelvo de la manera que soy, tanto en la escena como en la vida cotidiana».
Añadió el cantautor que esa gira la soñó como una especie de reencuentro, entre amigos, que sirve para fundar nuevos lazos de amistad, para conquistar nuevos públicos, tocando en vivo para la gente.
«Soy un regionalista moderado, matancero en general pero muy cardenense en lo particular. Espero que la gira sea eso: un abrazo con el público, una manera de conectarnos con esa realidad de la provincia y, en especial, con mi ciudad, con Cárdenas. La gente lo espera, porque hay un proyecto comunitario que se llama Por amor al arte, que hacemos desde el año 2007 en el barrio. Se trata de una gran fiesta. Hemos dosificado los conciertos. Es bueno que la gente sepa que estoy vivo».
Precisó Tony que el 18 de julio se presentará en el Pabellón Cuba. A finales de ese mes comenzará a grabar su próximo disco y a finales de agosto y principios de septiembre realizará una gira por provincias orientales.
Otro proyecto al que dedica parte de su tiempo es el concurso que se convocó en homenaje a Faustino Oramas, «el Guayabero», en el que se pueden presentar hasta tres obras con letras llenas de picardía, doble sentido, humor inteligente o sabiduría callejera, explicó, ajeno a la obscenidad, las vulgaridades, la chabacanería, las ofensas a la mujer u otras burlas irrespetuosas.
Dicho concurso tendrá su colofón en octubre, en una especie de festival o fiesta en homenaje al Guayabero y que otorgará premios para compositores de guaracha.
Recordó que «el cubano en esencia es una persona muy dada a la opinión, al debate, al criterio, al pensamiento, y gracias a la vida mis canciones ofrecen respuestas que el cubano busca. Algunas son sociales, de corte más filosófico, pero las de amor incluso no son solo de amor. Son también de la existencia y convocan a la reflexión».