CAMAGÜEY.— El asesinato de Mario Arósteguis Recio, primer joven en caer a manos de la dictadura batistiana en esta provincia el 13 de noviembre de 1953, fue recordado aquí en el mismo lugar donde encontró la eternidad hace 60 años.
Jóvenes, estudiantes, combatientes de la Revolución, vecinos del lugar y familiares recordaron los sucesos durante un acto solemne.
El joven ferroviario se encontraba en áreas del antiguo Mercado de Santa Rosa cuando agentes del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) lo detuvieron y trasladaron al puesto de la guardia rural de Bidot, donde su suerte fue echada.
Se pretendió engañar al pueblo acerca de su fallecimiento. Una nota de prensa intentó manipular la verdad: «Horriblemente mutilado apareció el cadáver de un joven. Los expertos del Ejército consideran que su muerte pudo haberla producido la explosión de una bomba en el momento de colocarla...», decía el parte noticioso.
Ante la repulsa popular, los familiares lograron la exhumación del cadáver del joven de 26 años. La autopsia reveló torturas, múltiples lesiones en todo el cuerpo, fractura del maxilar inferior y otros huesos del rostro, herida craneal y pérdida del brazo izquierdo.
Arósteguis se destacaba por su rebeldía y capacidad de acción entre los ferroviarios, lo que lo convirtió en líder obrero.