CAMAGÜEY.— A las 5 y 10 de la tarde de este 28 de agosto, y durante 50 minutos, en este territorio soplaron vientos de hasta 120 kilómetros por hora, ráfagas que se llevaron árboles poderosos y que derribaron un par de viviendas.
Junto al aguacero con acumulado de 51,9 milímetros en la Plaza San Juan de Dios —corazón de la ciudad— cayó también granizo, que estuvo acompañado por fuertes e ininterrumpidas descargas eléctricas.
«Soy de aquí de La Vallita —localidad ubicada entre los municipios de Florida y Camagüey— y nunca había visto algo tan tremendo. “Embudos negruzcos” bajaron a la tierra y nada más se vio, por lo feo que se puso el cielo», dijo la anciana Juana, aún impactada por el hecho.
Ante la alarma se activó el sistema de defensa agramontino. «En Camagüey ocurrió una tormenta local con severidad múltiple, porque se presentaron varios fenómenos severos al mismo tiempo», informó vía correo electrónico a JR, Jorge Félix Pastrana Rodríguez, especialista principal del Departamento de Pronósticos del Centro de Meteorología Provincial de Camagüey.
«Toda la severidad del evento estuvo relacionada con una fuerte convergencia de las brisas del Sur y del Norte, que al chocar desarrollan las nubes de tormenta que se formaron en el centro de la provincia, debido al fuerte calentamiento, la convergencia de las brisas y condiciones favorables en la atmósfera superior».
Pablo Torre Hernández, segundo jefe del Órgano de la Defensa Civil, del Sector Militar Camagüey, dijo, vía telefónica a este diario, que el evento climático no originó pérdidas de vidas humanas, pero sí materiales.
«Entre las afectaciones más severas se encuentran los tendidos eléctricos: 12 circuitos primarios, 41 secundarios y otros 21 servicios se interrumpieron totalmente, incluidos los que ofrecían 13 trasformadores dañados», comentó.
Al cierre de esta información se restablecían las averías por los compañeros de la Organización Básica Eléctrica (OBE) y los de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa).
También se rehabilitan líneas telefónicas, fuertemente impactadas por la caída de varios postes; y sufrieron daños parciales en sus cubiertas cinco unidades del Comercio, nueve escuelas y 25 viviendas.
«Ocurrieron, además —informó Torre Hernández—, dos derrumbes totales de moradas, sin pérdidas de vidas humanas, y aún se contabilizan los daños en toda la ciudad».
Los expertos alegaron que no hubo tornados, ya que «mientras no toque tierra el embudo no entran en esta categoría, aunque el embudo sea visto en la base de la nube. Hasta el momento creemos, según lo investigado, que lo que ocurrió fueron trombas en la altura, igual de potentes y peligrosas», reflexionó Roberto Aroche Ramírez, ingeniero meteorológico.