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Insólita historia de un aljibe

Obreros camagüeyanos descubrieron un gigantesco hueco subterráneo para almacenar agua en la céntrica arteria Ignacio Agramonte, de esa localidad

Autor:

Yahily Hernández Porto

CAMAGÜEY.— Un curioso hecho ocurrido en el mismo corazón de esta ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, el pasado 7 de febrero, encendió la imaginación de lugareños, quienes inmediatamente «desenterraron» leyendas.

Los obreros de la Empresa Constructora de Obras de Ingeniería número 15, mientas laboraban en la céntrica arteria Ignacio Agramonte de esta localidad, en el proyecto Paseo entre Cine, de la Oficina del Historiador de Camagüey (OHC), se llevaron tremenda sorpresa cuando se toparon con un gigantesco hueco subterráneo.

A partir de ese momento, este grupo de trabajadores decidió, junto a sus ingenieros Yanelis Valcacel, Yasdel Valdés y Rogelio Jiménez, detener la obra, hasta que arqueólogos del territorio no fueran al lugar y explicaran aquello.

Como pólvora encendida la noticia viajó de boca en boca y los agramontinos, que bien conocen de sus mitos legendarios, no dudaron en afirmar que lo que se había descubierto eran vestigios de un pasadizo secreto, o un pozo ciego, o un túnel subterráneo… y hasta hubo quien llegó a jurar que el hallazgo muy bien podría corresponder a una de las antiquísima costumbres funerarias de la antigua villa.

Mas la ciencia se encargaría de esclarecer todo. El equipo de expertos, liderado por Iosvany Hernández Mora, director del Gabinete de Arqueología de la OHC, confirmó que lo encontrado entre los cines Casa Blanca y Encanto era un aljibe (depósito para almacenar agua potable) en forma de bóveda y de gran tamaño.

«El depósito posee preliminarmente unos cuatro metros de profundidad, tres y medio de ancho, y unos ocho metros de largo», aseguró el joven investigador.

Dijo además el también máster en Culturología que por la tipología del ladrillo que se empleó y por su argamasa debió ser construido en la primera mitad del siglo XIX y que conserva muros de más de un metro de espesor y estuco hidráulico, que consolida la teoría de ser un aljibe, «que pertenecía seguramente a una familia muy adinerada», aseveró.

Sin embargo, lo que muy pocos curiosos tuvieron en cuenta es que a solo unos cinco metros de la antiquísima cisterna también se había localizado una serie de restos de vasijas muy antiguas.

«El material o muestra encontrada en la misma área del aljibe corresponde a una cronología que va desde el siglo XVIII hasta la primera mitad del XIX, en la que se destacan, hasta el momento, fragmentos de cerámica mayólica (pasta blanda), loza fina inglesa y piedra de chispa manufacturada en sílex (tipo de piedra), que se utilizaba para encender la mecha de las armas de fuego», agregó el especialista.

Y mientras los estudios arqueológicos continúan, los ingenieros se «rompen» sus cabezas buscando una solución constructiva, «pues no se contaba con este hallazgo hidráulico, al que hay que estudiar, porque modifica toda la parte de la cimentación de las nuevas obras en el mencionado tramo, las cuales tienen que ejecutarse con seguridad y calidad», dijo Oscar Chico Lezcano, inversionista de la OHC.

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