Reydier Bernal Gómez, estudiante de tercer año de Derecho en la Universidad de Granma, no imaginó que con 22 años sería electo diputado al Parlamento cubano. Autor: Mailenys Oliva Ferrales Publicado: 21/09/2017 | 05:35 pm
BAYAMO, Granma.— Encontrar a Gabriel Bernal Fornaris no resultó difícil en una comunidad donde es conocido por todos. «Gabrielito, el delegado», como lo llaman sus vecinos, anda más atareado que de costumbre; así lo aseguran quienes lo han visto desempeñarse durante dos mandatos como delegado de circunscripción y presidente del Consejo Popular rural William Soler, a unos 12 kilómetros de Bayamo.
«Es que esta noche tengo la rendición de cuentas, comenta el joven de 25 años y trabajador social, quien aunque ya ha transitado con éxito por procesos similares, confiesa que nunca deja de ser un desafío. En medio de los preparativos dedicó unos minutos para conversar con JR.
—Dos períodos de mandato te deben haber propiciado herramientas para trabajar. ¿Cómo te las agencias para atender a más de 3 000 habitantes y lograr que se sientan representados?
—Ese es el reto de todos los días. Aquí la comunidad es bastante extensa, con más de 50 kilómetros y zonas de difícil acceso, pero con ahínco trato de llegar hasta todos los vecinos para conocer sus problemas e inquietudes, y tratar de resolverlos. Además siempre tengo tiempo, a la hora que sea, para atender a mis electores y eso es algo que la gente agradece.
—¿Qué hace Gabriel cuando no puede darle solución a un problema y cómo logra que los vecinos no se desanimen?
—No me doy nunca por vencido; insisto e insisto y no descanso hasta hacer todas las gestiones posibles; si la solución se me escapa de las manos, lo primero que hago es explicarles las causas a los afectados, porque hoy las condiciones del país no permiten dar medios o recursos para todos los problemas, pero eso no significa dejar de dar una respuesta convincente y con argumentos. Lo que no hago es mentir o crear falsas expectativas, porque entonces perdería credibilidad, que es el tesoro más valioso de un delegado.
—¿Ves a los pobladores complacidos con el trabajo realizado por los delegados en esta primera etapa?
—Durante todos estos meses hemos trabajado en función de llegar a este proceso con resultados palpables como la mejoría del fondo habitacional y la escuela, y la gestión de otros problemas de la comunidad, que hoy nos permiten estar en mejores condiciones para rendir cuentas, y aunque siempre van a existir insatisfacciones y dudas, de manera general creo que los vecinos están contentos con los avances.
Siempre cerca del pueblo
En Bayamo hay otro joven que tampoco «para» en su casa, sumido en las obligaciones con quienes depositaron su confianza en él. A pesar de encontrarse visiblemente ocupado, César Alberto Reyes Mas también abre un pequeño espacio para ofrecer sus vivencias como delegado. Este joven licenciado en Lengua Inglesa y empedernido enamorado de la radio, ya no está dentro de la cabina ni detrás del micrófono.
Ahora con 33 años asume la misión de secretario de la Asamblea Municipal, entre cuyas obligaciones figura velar por todos los procesos, incluidos los de rendiciones de cuentas, el Departamento de atención a la población y el funcionamiento de los consejos populares y de los delegados.
—Estamos inmersos en el primer período de rendición de cuentas. ¿Podemos hablar de un proceso superior en cuanto a calidad respecto a etapas anteriores?
—Indudablemente sí. Estas reuniones están siendo superiores; los vecinos ponen en el centro del debate los problemas que los aquejan, como las indisciplinas sociales y las violaciones urbanísticas, y plantean que sea la propia comunidad la que proponga un plan de acciones para erradicar estas situaciones y modificar otras a favor de una mejor calidad de vida.
«Tiene también mayor impacto este proceso porque los delegados han recibido una amplia preparación y capacitación para llegar con más argumentos ante sus electores y estos a la vez están siendo estimulados cuando contribuyen al mejoramiento de la comunidad».
Los estudiantes también cuentan
La noticia escuchada en una emisión del noticiero paralizó por un momento a Reydier Bernal Gómez, estudiante de tercer año de Derecho en la Universidad de Granma, quien no imaginó que con 22 años sería electo diputado al Parlamento cubano. Tras las primeras emociones, este jovencito bayamés, presidente de la FEU en su universidad, también ha vivido durante los últimos meses intensas jornadas de trabajo.
—¿Qué representa para un joven ser diputado al Parlamento cubano?
—Podría decir que un privilegio enorme, pero más que eso encarna un compromiso, pues no es solo representar a los jóvenes o a los estudiantes, sino a todos los cubanos y estar a la altura de sus exigencias.
—¿Cómo ha sido la experiencia del contacto directo con los vecinos?
—He estado en varios recorridos por las comunidades y ahora debo sumarme al proceso de rendición de cuentas en los barrios, pero el pueblo me ve como uno más de ellos, no como alguien superior, porque en nuestro sistema ser delegado o diputado no encarna ningún tipo de privilegio.
«Lo que me ha impactado es apreciar en cada uno de los encuentros con el pueblo que son personas sacrificadas, para nada conformistas, pero sí conscientes de que el Estado hace de todo para su bienestar y que los delegados y diputados somos gentes que compartimos sus problemas y que nuestra misión es caminar al lado de ellos, vivir y sentir junto a ellos».
—¿Crees entonces que los jóvenes estén en condiciones de asumir proyectos de envergadura dentro del Parlamento?
—Durante años la Revolución ha dicho que confía en los jóvenes, que son el futuro certero de la Patria... Pienso que el hecho de que 102 jóvenes de todo el país integremos el Parlamento cubano dice mucho de esa confianza. Hoy los líderes históricos están haciendo entrega solemne de su machete mambí a las nuevas generaciones y nosotros debemos ser dignos herederos.