Trabajadores Sociales reflexionaron sobre ese problema social en análisis territoriales y coincidieron en que necesita de un enfrentamiento multifactorial
LAS TUNAS.— A escala nacional, el 2008 ha sido el mejor año en lo que respecta a la reinserción e incorporación de jóvenes sin nexos con las aulas o con el trabajo, sin embargo aún no se ha llegado a la totalidad de muchachos que no hacen ni lo uno ni lo otro.
La apreciación la realizó Enrique Gómez Cabeza, quien dirige el programa de los Trabajadores Sociales en el país, durante la asamblea provincial de esos profesionales, que pasó balance al desempeño de ese importante programa de la Revolución durante el año 2008.
El aspecto que más reflexiones provocó fue, sin dudas, el de los jóvenes desvinculados del estudio y del trabajo. Los participantes profundizaron en su análisis y coincidieron en que necesita de un enfrentamiento multifactorial. Es lógico que eso ocurra, pues se trata de un asunto al cual se le concede hoy elevada prioridad.
«Hay que establecer un sistema de vinculación con la comunidad para que sus factores nos mantengan informados de forma permanente y rápida de la situación de su universo juvenil», precisó Gómez Cabeza, quien añadió que el trabajo tiene que ser personalizado, porque no hay dos casos iguales. «Hasta que no logremos eso los resultados no estarán completos», valoró.
Una arista del problema que recibió particular atención en la evaluación fue el relacionado con el margen de tiempo en que se deben atender los casos identificados. No se trata únicamente de tener controlado los nombres de los jóvenes desvinculados. Aquí lo que más urge es trabajar con ellos y resolver su situación.
Edgar Fernández, del municipio de Jesús Menéndez, intervino para precisar que los Trabajadores Sociales tienen ante sí una encomienda mayúscula en ese tema de los desvinculados. Agregó que se necesita creatividad para tratarlo, y eso tiene que ver con los nexos que se establezcan con la familia y el entorno del joven en cuestión.
Gómez Cabeza tomó de nuevo la palabra para recordar que, para tener la sociedad sana y justa que queremos edificar, no podemos tener personas que no le aporten nada al país desde el punto de vista laboral. Agregó que, en efecto, muchos casos son muy difíciles y aparentemente imposibles de resolver, pero no se puede dar a nadie por perdido. Hay que detectarlos, identificarlos y atenderlos bien. «Ustedes tienen que ser los microscopios sociales de los que habló Fidel», dijo.
Yariri Torres, del municipio de Amancio, habló de lo provechoso que resulta acompañar a los ex reclusos en todo su proceso de inserción laboral y de cuánto agradecen ellos, por ejemplo, que el Trabajador Social esté presente en el momento en que comienzan su nueva vida en un taller, en una cooperativa o en otro puesto laboral.
En una intervención especial, Deibis García, directora provincial de Trabajo, advirtió que si importante es identificar y atender al joven desvinculado, no lo es menos el seguimiento a su permanencia una vez que se consiga incorporarlo al estudio o al trabajo, porque cada uno de ellos que los abandone es una derrota que irá a nuestra cuenta.