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No importa que hayan pasado tantos años. Para los televidentes cubanos el Leoncio de la afamada telenovela brasileña La esclava Isaura, sigue siendo uno de los villanos más aborrecidos y amados que se han adueñado de la pequeña pantalla doméstica. Poseedor de un histrionismo sorprendente, Rubens de Falco, quien falleció este viernes en una clínica de su Sao Paulo natal, no solo «humilló» a la tiranizada Isaura de Lucelia Santos, sino que «martirizó» a media Cuba, que lo aplaudió también por su magnífico desempeño en Un hombre de éxito.
A raíz de su visita a la Isla por la presentación de la película de Humberto Solás, el popular actor, que murió de un infarto después de estar internado por dos años debido a un accidente cerebrovascular, agradeció por «la oportunidad de participar en esa cinta, mi primera labor conjunta con Cuba, y espero que la pionera de muchas, en la que fue un honor compartir con una actriz de la talla de Raquel Revuelta, y con Daysi Granados, a quien profeso gran admiración.
«Me sentí muy bien en esa película, y ¿saben por qué?, porque siento que en Cuba me comprenden no solo como actor, sino como persona». Y así ha sido, pues Rubens fue también admirado en esta tierra por su destacado desempeño en cintas como Pixote, La hora Texaco y Macho y hembra. Sin embargo, su fama internacional no se debió ni al cine ni al teatro, sino justamente a las telenovelas, que sumaron más de 20, entre las que destacan Los inmigrantes, Gabriela, Memorial de María Moura y, por supuesto, La esclava Isaura.
Tanto fue así, que su última intervención en la tele fue en una nueva versión de esta última, donde asumía el rol del comendador Almeida, padre de Leoncio. Entonces, aunque reconocía que el trabajo de producción en este género había mejorado con los años, él seguía apostando por la original.
«Las novelas de ahora son muy buenas, decía, pero las actuaciones aún no se comparan con las de antes», aseguraba De Falco. Imagino que muchos cubanos, recordando su impronta, coincidirán con él.
