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La agricultura urbana de la capital incorporó el pasado año 30 hectáreas de cultivos semiprotegidos, y proyecta tapar otras 30 para 2008, cuyas producciones estarán destinadas fundamentalmente al consumo social y a los mercados agropecuarios estatales.
Gabino Martínez, subdelegado de la Agricultura en Ciudad de La Habana explicó en conferencia de prensa que la siembra en esas condiciones facilita contar con hortalizas de hoja todo el año, incluso en los meses más calurosos.
«La primera misión de la agricultura urbana en la ciudad es el consumo social: hospitales, escuelas, hogares maternos y de ancianos... Actualmente damos respuesta a más de 1 700 contratos, con una entrega de 35 000 quintales mensuales de vegetales».
Según reveló el funcionario, en los dos últimos años se han puesto a producir más de 13 000 hectáreas que estaban ociosas, muchas de las cuales han sido convertidas en organopónicos, lo cual conllevó un gran esfuerzo de la dirección del país, fundamentalmente en relación con los sistemas de riego.
«La situación más tensa de la agricultura urbana —dijo Gabino— es con el agua. Tuvimos que garantizar primero que no se afectara la población, y buscar tipos de cultivos que requieren poco líquido. A partir de ahí planteamos que a todas las tierras hay que darles un uso.
«Ahora seguimos trabajando para que esas áreas no vuelvan a quedar desocupadas. A la que se recupera hay que darle una estructura que garantice su continuidad, y eso se hace manteniendo al teniente produciendo, con su vivienda donde sea posible, con la finca construida. La meta no es recuperar el terreno, sino ponerlo a producir y mantener esa actividad.
«Actualmente más de 31 000 obreros trabajan en el sistema de la agricultura en la capital. De ellos, 6 604 son mujeres. Esta cifra debe crecer, pues el Ministerio del Azúcar creó este año 31 organopónicos en 15 hectáreas de tierras, y prevé alistar otras 25 hectáreas para 2008».
