La majestuosidad del Escambray apreciada desde lo alto del radar. PICO SAN JUAN, Escambray.— Luego de surcar prácticamente cada vena terrestre, conformada a puro tiempo y pulmón por los hombres en la garganta de la Cordillera del Escambray, el visitante se topa con su testa imponente, coronada por el radar de la Estación Meteorológica 336 de Pico San Juan.
Su cúpula, blanca y redonda, parece un globo aerostático o, acaso, alguna parte de una nave espacial que, de forma casi súbita, agita el pecho del recién llegado.
De analógico a digitalLuego de ser sometida a una reparación integral, la estación se encuentra en condiciones óptimas para cubrir el actual período de formación de ciclones y huracanes en la región.
Esta obra se beneficia de los esfuerzos del Estado cubano por fortalecer nuestro sistema meteorológico, razón por la cual constituyó prioridad de los constructores de la ECOA-37.
Osmany dirige la estación desde su misma fundación. Leonardo Osmany León Cabrera, quien dirige la estación desde que fuera fundada el 11 de junio de 1989, expresa que «la remodelación incluyó el falso techo, pisos, carpintería completa, pintura general de la instalación y ciertos cambios de software».
Recuerda que recientemente el radar pasó de la operación analógica a la digital, momento en que fue cambiado el 70 por ciento del antiguo sistema, incluidas sus pantallas.
El jefe de la planta agrega que la renovación tecnológica, la cual se ha realizado por etapas, contempla además de equipos de computación, sofisticadas tarjetas de video, así como una interfaz entre los transmisores y receptores del radar y esos ordenadores, donde ya entra el dato digitalizado, y se puede transmitir y archivar mucho más fácil.
A juicio de los conocedores, este radar ruso automatizado quedó prácticamente nuevo luego de la digitalización, pues se nutre de equipamientos y partes de última generación de otras naciones.
La digitalización posibilitó que el Instituto de Meteorología disponga de la imagen desde el instante mismo de ser captada, explica el operador Onel Díaz de Villega.
Antes —afirma Leonardo Osmany—, era un proceso engorroso, lleno de codificaciones. Ahora puede ofrecerse un producto más elaborado, los compañeros del Centro de Pronósticos ya tienen una idea mucho mejor del fenómeno de forma ágil, pues con el apoyo del radar y del satélite disponen de dos herramientas muy poderosas.
Posición privilegiadaSituado a 1 140 metros sobre el nivel del mar, el radar de Pico San Juan es el observatorio meteorológico de mejor situación geográfica del país, según criterio colectivo de los principales especialistas de la nación.
Resulta el segundo más alto, luego del de Gran Piedra, pero dispone de mayor alcance.
Al estar en el centro de la geografía isleña, sobre la altura predominante de dicha región y frente a la costa sur, tiene condiciones inmejorables para detectar el menor fenómeno que se produzca ante su ojo infinito.
Su área de cobertura es de 500 kilómetros, desde la Bahía de Santiago de Cuba hasta poco más allá del Cabo San Antonio, abarcando por el norte hasta Las Bahamas y la Florida, e Islas Caimán y Jamaica por el sur, sostiene Julio César Corcho, el ingeniero electrónico de una estación en la cual laboran además del jefe y él, seis operadores en turnos de siete días.
En cuanto a su sistema de funcionamiento precisa que, en tiempos normales, el radar hace observaciones cada una hora, de forma automática, que son enviadas directamente, a la página web del Instituto de Meteorología www.met.inf.cu El operador supervisa que esta tarea se realice sin problemas.
Desde el momento en que es detectado algún evento meteorológico significativo en el área se conecta hasta que este desaparezca de su pantalla. Trabaja las 24 horas del día de manera ininterrumpida.
El corazón del observatorioEl radar cuenta con una sala de procesamiento donde laboran los operadores, dice Julio César, y prosigue:
Vista de la cúpula que protege la antena del radar. «En la cúpula está el corazón de la planta: el radar en sí con sus transmisores y dos receptores; un canal de diez centímetros; el sistema de posicionamiento de antena; los sistemas de mando del motor y de alimentación del equipo; así como la máquina de adquisición».
Esta, aclara, es la encargada de manejar en su conjunto los procesos de arranque y apagado del radar, además de subir y bajar la antena parabólica de nueve metros de diámetro ubicada dentro de su casco protector.
Dicha antena emite las radiaciones electromagnéticas al espacio, recibe las señales y las procesa mediante los sistemas.
«Por la red se visualiza en las máquinas y se coloca en nuestro sitio en Internet; así, lo visto por el radar puede ser observado por cualquier interesado del mundo entero por la vía de la web local http://www.met.inf.cu o de la página meteorológica nacional».
Nuevas alternativas de servicios de utilidad generalImagen del corazón del radar tomada desde el interior de la antena. Al decir de los operadores de radar Onel Díaz de Villega y Yosvanys Hernández, una jornada de trabajo en la estación comprende, además de los rastreos cada hora, la visualización permanente de la nubosidad, a fin de apreciar si aparece cualquier posible indicio de tormenta.
Reportamos cualquier amenaza a los centros de pronósticos pero también lo relativo a las precipitaciones que caerán sobre determinadas localidades, después de observar en las animadas el destino del movimiento del paquete nuboso y su velocidad de traslación, asevera Onel.
La estación rastrea, en colaboración con el Centro de Pronósticos de Cienfuegos, toda la nubosidad generada en la zona del puerto y la bahía de la ciudad durante el verano, de manera que si existe algún buque descargando, alerta a las autoridades de la rada para que pongan a buen recaudo la mercancía y, de ese modo se ayuda a la economía, prosigue.
Ello es posible gracias a la reciente introducción de un servicio digital de comentarios y avisos especiales. «Fue montado —abunda— por especialistas del centro de radares de Camagüey y si usted es usuario de nuestra página web y acude a su sección de comentarios de alerta, podrá apreciar avisos de radares de toda la Isla confeccionados cada una hora por los especialistas de las estaciones de La Bajada, Punta del Este, Casablanca, Camagüey, Pilón, Holguín, Gran Piedra y esta».
Leonardo Osmany, Julio César, Onel, Yosvany y el resto de los especialistas están ahora en el período de mayor ajetreo a lo largo del año.
Atraviesan días de constante observación y noches de vigilia. Ellos son los encargados de reproducir lo que el poderoso ojo situado arriba de sus cabezas oteará en el horizonte del Caribe.