CIENFUEGOS.— La investigadora sureña Mirtha Luisa Acevedo, especializada en el estudio de Martí y de los vínculos de su familia con esta ciudad, acaba de publicar un ensayo reivindicatorio del cuñado del Apóstol: el cienfueguero Joaquín Fortún y André, esposo de su hermana menor Antonia.
«Pese a que se registran muy pocos datos en torno a este hombre, todo indica que fue víctima de calumnias que lo vincularon con el autonomismo, lo cual merece esclarecimiento», consigna Acevedo en el texto titulado El cuñado cienfueguero de Martí.
Con 21 años de edad, el 12 de octubre de 1885, Antonia contrajo matrimonio con Joaquín Fortún y André, según acta registrada en el Libro 7, Folio 335, No. 514 en la Iglesia de Nuestra Señora de Monserrate, en La Habana.
El joven Fortún y André había nacido en Cienfuegos el 6 de febrero de 1863, tal cual consta en Libro 11, Folio 99, en la Parroquia de la Purísima Concepción, de esta ciudad.
La investigadora despeja dudas al aclarar que fue descendiente de una familia ligada a las luchas independentistas desde fecha temprana. Y que él mismo intervino en la guerra necesaria recaudando fondos y pertrechos bélicos para nuestra causa.
Su padre Joaquín Fortún y Govín, participante en las contiendas de independencia, era administrador de la vía férrea Cruces-Santa Clara, donde realizó un importante proyecto para una escuela de Agricultura en Cruces, presentó planos, proporcionó terrenos y adjudicó una mensualidad para el sostén de la misma.
Su hijo Joaquín realizó estudios de Comercio en el Spring Hill College, de Alabama, Estados Unidos. Se graduó en 1880, tras lo cual regresó a Cuba para fijar su residencia en La Habana.
Tiempo después el cienfueguero desposó a Antonia Bruna Martí y Pérez, y de ese modo unió su temprana educación patriótica al vínculo familiar martiano, dice la estudiosa.
Hay referencias que ofrecen la opinión de Martí ante tal relación. En carta a Manuel Mercado, de marzo de 1887, opina: «el marido de la linda Antonia es un joven simpático y entusiasta, lo que me hace quererlo…».
Más tarde, en diciembre de ese mismo año, señala: «Antonia ya dueña de casa y madre». Ya había nacido el tercer Joaquín de la saga Fortún (La Habana 1886-1913), aunque más tarde vendrían Ernesto (La Habana 1888-1914), María (¿Matanzas?-México 1977), Carlos (¿Matanzas?-México 1977), la que constituye la familia Fortún-Martí.
Antonia falleció el 9 de febrero de 1900. Apesadumbrado, Joaquín Fortún André se trasladó a México con sus hijos, y allí falleció el 4 de mayo de 1944, recuerda Mirtha.
Antes de este ensayo Mirtha Luisa, miembro de la Sociedad José Martí y de la UNEAC, publicó el año anterior otro texto relacionado con los estrechos lazos de la esposa de Martí con Cienfuegos, opinión también recogida por este diario.