La tecla del duende
Vivimos este jueves un momento muy especial. Por primera vez, desde el surgimiento de la Tecla Ocurrente en el año 2001, nuestra sección se publica un 29 de febrero. Puede usted dudar, pero ya sabe que el singular día de febrero solo se da cada cuatro años, como norma. Pues bien, el último jueves 29 de febrero que tuvimos en el almanaque aconteció en 1996.
Más allá de supersticiones, le deseo un día muy especial. Que sea único por el calendario, pero también por su actitud. Que cargue con las esperanzas para el mes que comienza mañana. Un día raro, pero jamás fatal. Un día poco común, hasta para los cumpleaños. Pero en esta fiesta de vivir a plenitud y ser mejores, esencia de nuestra columna, quiero que le llegue ese soplo de alegría y singularidad. ¡Compártalo!
Un hombre sacrificó un ternero gordo, encendió la parrilla y le dijo a su hija: «Hija, llama a nuestros seres queridos y vecinos para que coman con nosotros...».
Su hija salió a la calle y gritó: «¡Ayúdenos a apagar un incendio en la casa de mi papá!».
Por unos momentos salió un grupo de personas y el resto actuó como si no hubiera escuchado. La gente que vino comió y bebió hasta hincharse. El padre se volvió hacia su aturdida hija y le dijo: «Las personas que vinieron no las conozco y nunca las había visto antes, entonces, ¿dónde están nuestros seres queridos, familiares y compañeros?». La hija dijo: «Los que salieron de sus casas vinieron a ayudarnos a apagar un incendio en nuestra casa y no para la fiesta, ya que estos son los que merecen generosidad y hospitalidad».
Quien no se encuentre a tu lado en un momento de angustia, no lo llames amigo o hermano ni familiar... Porque esos son los que se ríen de ti en momentos de prisa, y no merecen tu amabilidad, generosidad ni atención.
La tertulia espirituana de la Tecla del Duende sesionará este domingo 3 de marzo, desde las nueve de la mañana, en la galería de arte Oscar Fernández Morera, de la Ciudad del Yayabo. Estará dedicada a las mujeres, que muy pronto celebrarán su Día Internacional. Allí predominan las tecleras: ¿se sumarán tecleros espirituanos para honrarlas? No se pierdan la oportunidad.
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