La tecla del duende
El domingo 15 de enero llegará a sus tres décadas de vida la Televisión Serrana. Tuve la oportunidad de compartir con la mayoría de los integrantes de ese colectivo en febrero de 2022 y descubrí a una lectora fiel de esta columna: Kenia Rodríguez, quien me motivó a dedicar esta semana nuestro espacio a quienes construyen sueños desde la localidad de San Pablo de Yao, perteneciente al municipio granmense de Buey Arriba.
Daniel Diez Castrillo lideró aquella primera generación que, en 1993, emprendió el sueño de conformar una televisión comunitaria por primera vez en Cuba y en América Latina, nada más y nada menos que en pleno período especial. Desde entonces, centenares de documentales han mostrado la vida de las montañas cubanas, desde donde se continúa creando con un pequeño grupo de realizadores.
Entusiasma que los proyectos desde nuestros pequeños poblados crezcan, porque casi siempre existe un límite en tiempo y espacio para que evolucionen, sin historias infinitas ni recursos materiales a su disposición. Desde lo más alto de Cuba, donde se respira un aire puro y de bondad, continuarán relatándose a sí mismos, a sus similares, a Cuba. Porque la esencia de la vida en la montaña es la clave que ningún ser humano debiera ignorar.
Felicidades a la Televisión Serrana. Han estado a la altura de sus montañas, con el espíritu terrenal de hombres y mujeres que observan siempre con mirada enamorada, pero nunca complaciente. ¡Que continúen brotando las imágenes!
Los ocurrentes santaclareños se reunieron el sábado 7, previendo lo que serán estos 12 meses. Lillicsy, coordinadora de la tertulia, nos contará.
Por otra parte, este fin de semana habrá dos encuentros de tecleros. En La Habana los ocurrentes capitalinos y sus invitados estarán citándose el sábado 14, a las dos de la tarde, en la Sociedad Cultural José Martí, sita en 17 y D, Vedado. El tema: Planes de 2023. Y en Sancti Spíritus, la cita es para el domingo 15, desde las nueve de la mañana, en la galería de arte Oscar Fernández Morera.
«Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar la estrella que lo guía». Antoine de Saint-Exupery.
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