Frente al espejo
«Hace solo dos meses pude leer Biografía de un cimarrón y verdaderamente me impresionó mucho (Miguel Barnet: Cuidar a Cuba como la casa, José Luis Estrada, 10 de enero). Lo comenté con todos mis compañeros y me sirvió para comprender mejor lo que fue la esclavitud, desde la óptica de una persona que sufrió esos desmanes. Usted nos enseña constantemente, a partir de conocimientos y experiencias acumulados por estudios profundos, una alta convicción de sus orígenes, su ética probada y su amor a la patria que lo vio nacer, los valores por los cuales tenemos que seguir luchando hasta la última gota de sangre, de ser necesario. Nos alerta del peligro que corremos si no somos consecuentes en la defensa a ultranza de nuestra cultura, que no se centra solo en lo bailable, el tabaco, nuestro ron, etc. Son cuestiones sagradas, que solo nosotros tenemos y que nos hacen fuertes». (Joel Ortiz Avilés)
«Muy buen artículo sobre este teatro (Anatomía de un teatro, Ciro Bianchi, 10 de enero), y más en su inauguración, pero creo que habría que especificar el nombre de las salas. Me refiero a que el Teatro se llama: Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, pero este tiene tres salas que son: Sala García Lorca (sala principal), Sala Café de la Ópera (en la esquina donde radicaba el correo) y la Sala Tablao (el antiguo Cabaré Nacional). Esto es importante señalarlo, pues hay quien dice que no existe el García Lorca y sí, sí existe, lo que es el nombre de su sala principal». (Rodin)