Frente al espejo
«Un artículo extraordinario, dada la importancia del mismo (¿Informalidad uniforme?, colectivo de autores, 27 de marzo*). No soy partidaria de los extremismos, pero se hace necesario el análisis de una resolución a través de la cual se exija respeto hacia esta prenda y las posibles sanciones que se derivan en caso de incumplirla (…), válido para todos aquellos que la llevan, en lo cual se incluyen trabajadores de escuelas, hospitales, tiendas, pues no son solo ciertos estudiantes los que utilizan incorrectamente el uniforme.
«Yo soy madre, y creo que cuando a uno de nosotros nos llegue una sanción por indisciplina con el uniforme por parte de nuestros hijos, a pesar de que salgan de la casa correctamente vestidos, imagino que para ellos no resulte nada agradable que seamos víctimas de sus errores...». (Eunice)
«Muchísimas gracias por tu artículo A las cosas que son feas… (Mileyda Menéndez Dávila, 27 de marzo). Palabras como esas motivan a creer que no todo está perdido. Cierto es que una golondrina no hace primavera, pero espero que mediante mensajes como el tuyo se remuevan muchas conciencias.
«Tienes razón en lo que planteas, lástima que sean pocas las personas que piensan así y se deciden más por el consumismo barato. Sigue haciéndonos suspirar de cuando en cuando con textos como ese. Tampoco poseo objetos de lujo y no necesito más para ser feliz». (Aliex Ortiz, Florida, Camagüey)
*Yahily Hernández, Yailin Orta, Yoelvis Moreno, Héctor Carballo, Roberto Díaz, y Lourdes María Mazorra y Yanela Gómez Pérez, estudiantes de Periodismo