Frente al espejo
Amantes fervientes de los dramatizados, y en especial de las telenovelas, los cubanos no solo la disfrutan, sino que opinan sobre ella, máxime si se les incita, como sucedió con el artículo De tanto y de tan poco, publicado el domingo 23 de marzo y firmado por Joel del Río, a partir de un análisis de la telenovela foránea de turno: Mujeres apasionadas.
Defensor a ultranza de este producto audiovisual es Luimi (así firma en su correo electrónico), quien asegura que «si bien pudiera tener algunos errores, como toda obra humana», la considera muy, muy buena, «porque cumple con el principal objetivo que debe tener un programa televisivo: ENTRETENERME. Los programas televisivos si bien deben dejar una enseñanza, no son clases, la novela representa personajes aceptables, tiene vínculos afectivos muy fuertes, no necesito ser un teórico del cine para entenderla, necesito como televidente un programa que después de un día de trabajo me relaje, me entretenga y, por supuesto, me deje alguna enseñanza. Leo continuamente la edición digital y espero pronto encontrar tus comentarios de la novela cubana que, para serte sincero, es lo peor de lo peor que en actuaciones y edición he visto en la Televisión Cubana».
Tampoco María comparte —al menos del todo—, la opinión del autor de la crítica especializada: «Mujeres apasionadas me parece muy entretenida, tiene sus deficiencias, pero logra sacar al televidente de la rutina y a la vez lo hace razonar y sensibilizarse con muchas aristas de la vida que a todos nos atañen. En algo sí estoy de acuerdo con usted, y es que nos toman a las mujeres como muy a la ligera, inseguras, y en la realidad no ocurre así: las mujeres somos muy capaces, decididas y también apasionadas. Es evidente que no le gustan las telenovelas, porque la hizo talco, en buen cubano».
En la esquina opuesta está Luis Carlos, quien asegura comparte de principio a fin el comentario escrito por Joel del Río. «No sé cual será el nivel de teleaudiencia que tendrá Mujeres..., pero supongo que es muy poco, hasta muchas mujeres, que creo que es para las cuales está hecha, la aborrecen, la desprecian por ser tan “vaginal” y simplista. Deberían escoger mejor las telenovelas que se presentan, porque esto podría acarrear que muchachas adolescentes podrían ver, más de lo que ya la ven, simplista e insípida la vida de las mujeres, solo basadas en un romanticismo incoloro y desabrido».
El joven abogado Oscar Luis, seguidor de los artículos de Del Río en la prensa, lo apoya una vez más. «Siempre comento con mis amigos que no le hallo nada a la telenovela, y fíjese que quien le escribe no es un experto en crítica, pero sí de buen gusto para el cine y programas de televisión. El inmenso culebrón es más de lo mismo, yo no la veo, me daña el “paladar” de mis ojos. Es una lástima que todo se vea sumido en el vacío estético de quienes ven la vida con el sensacionalismo barato y simplón».
«Tienes razón, escribe Evelín, pues es verdad que la telenovela está muy monótona y en ella se muestra a la mujer de un modo que, lejos de valorarla, la representa como débil, calculadora, celosa, amargada, etc.
Mercedes Piñeiro reconoce que el artículo no deja de estar interesante, «pero no te das cuenta que las telenovelas extranjeras gustan aunque no tengan un buen argumento, y nos sacan del estrés diario. En lo particular, me gusta más que la cubana, que solamente en la presentación, que además es desgarradora, dura cinco minutos con 57 segundos, y eso hace que el capítulo sea más corto».
Enrique Batista Sánchez, de Holguín ve las cosas de esta manera: «Analizándola profundamente, como usted lo ha hecho, llegamos a la misma conclusión. Algo sí sobresale: la música, que se disfruta. Si a veces se mantiene el televisor encendido es, precisamente, por la música».
Idéntico apoyo halla Joel en las palabras de Marilys, quien también siente placer en escuchar los temas musicales. «No se preocupe, que lo que escribió se acerca mucho al criterio de muchos televidentes. Yo en particular me siento muy mal como mujer, son atroces las simplificaciones de nuestro mundo femenino enfocado en esta telenovela. Es bastante decepcionante la trama de algunas de las últimas telenovelas brasileñas y, a la vez, nos extraña, ya que generalmente nos tenían acostumbrados a tramas más sustanciales y con mejores mensajes. Lo más triste son los capítulos que faltan para que finalice».