Acuse de recibo
El pasado 11 de abril, y desde el municipio habanero de Marianao, la octogenaria Zenaida Pelagia Gamboa Sánchez manifestaba aquí que extravió la constancia del tomo y el folio de su certificación de matrimonio. Y pensó que solucionaría fácilmente su problema ahora que los registros civiles deben estar digitalizados.
Solicitó entonces su certificado de matrimonio en el Registro Civil de Marianao, en el Unificado de Playa y en el de Centro Habana. Y no aparecía por ninguna parte, a pesar de que había dado la fecha del casamiento: 23 de octubre de 1965 en la Logia Masónica de Carlos III.
Como supo por la televisión que se podrían localizar ese y otros documentos legales mediante la página web del Ministerio de Justicia, su hijo hizo la solicitud online, y tampoco tuvo resultado alguno.
Y Zenaida Pelagia se cuestionaba cómo puede extraviarse un documento tan importante en la vida de un ciudadano.
Al respecto, el pasado 16 de agosto, más de cuatro meses después de la publicación del caso, fue que llegó a nuestra Redacción la respuesta de Yurais
Álvarez Morales, directora provincial de Justicia de La Habana.
En ella, la directiva señala que, atendiendo a la indicación del Ministro de Justicia de investigar y dar solución y respuesta al caso, la Especialista del Departamento Provincial de Registros del Estado Civil y Palacios de los Matrimonios adscrito, contactó con Zenaida vía telefónica.
Y supo por la propia Zenaida que ella no podía precisar las fechas de solicitud, y solo aportó para la búsqueda de esa información que el matrimonio se había consumado el 23 de octubre de 1965 en un registro ubicado en la Avenida Carlos III.
Con este dato, agrega, se realizó una nueva y minuciosa búsqueda por la especialista del Registro Civil donde se encuentran los tomos del conocido como Registro Unificado de La Habana, en la sección de matrimonios del año 1965, debido a que en esa etapa no existía índice de matrimonios.
Se logró identificar en el tomo 98, folio 239, puntualiza, la certificación interesada. Y se entregó a Denis Hevia Gamboa, hijo de Gamboa Sánchez, quien manifestó su satisfacción con la atención y solución a su asunto.
Indica que «con independencia de que en este asunto resultó muy compleja la solución de la petición de la promovente —porque no conocía los datos de una inscripción realizada hace casi 60 años—, no existen justificaciones para que no se brindara una respuesta a su asunto en términos razonables y las explicaciones necesarias, lo que es deber inexcusable de nuestros registradores tal como demuestran en la solución de miles de certificaciones y en este propio asunto después de su publicación en la prensa.
«Nos queda mucho por hacer en mejorar el desempeño, la responsabilidad, sensibilidad y respeto a las personas que requieren nuestros servicios. No se aplican medidas disciplinarias, porque no se aportaron datos para identificar a los responsables; y tampoco nos fue posible a nosotros en la revisión de los antecedentes de entrada de esa petición», concluye.