Acuse de recibo
El pasado 9 de mayo, y desde la localidad avileña de Morón, Servando Eugenio Carvajal Moreno, en su condición de suscriptor de los periódicos Invasor y Juventud Rebelde, denunció aquí que desde hace varios meses esos rotativos llegan allí con varios días de atraso.
El 6 de mayo, cuando me escribió, llegaron los ejemplares de Juventud Rebelde de los días 19, 23, 24 25 y 26 de abril y los dominicales de este diario del 21 y 28 de abril. Y también arribaron este día los ejemplares del avileño Invasor del 20 y el 27 de abril.
«Todos estos periódicos juntos en el día de hoy, y esto es algo normal en los últimos meses, decía. Debo señalar que existe un tren que da viajes regulares entre Ciego de Ávila y Morón, localidades distantes unos 36 kilómetros. Me pregunto a qué se debe entonces este absurdo inmovilismo y tamaño mal servicio».
Y este redactor abogaba por que Correos de Cuba, responsable de la distribución de la prensa en el país, ofreciera una respuesta a Servando Eugenio sobre las causas de esa anómala y morosa situación.
Aún sin la respuesta de Correos de Cuba, vuelve a escribirme Servando Eugenio, para informar que este 13 de junio recibió, nuevamente de forma atrasada, los periódicos Invasor del 1ro. y el 8 de junio; y los
Juventud Rebelde dominicales del 2 y el 9 de junio, así como también las ediciones de este último diario de 4, 5, 6 y 7 de junio.
Y precisa que la pasada semana lo visitaron la administradora del Correo de Morón y una funcionaria de Correos de Cuba en la provincia. «Y en el documento que me enviara la Directora Provincial de Correos, precisa, se justificaba alegando, entre otras, que no tenían dinero en fondo y presupuestado para trasladar los periódicos más regularmente de Ciego hasta Morón en el tren que realiza ese recorrido casi diariamente».
Considera Servando Eugenio «risible y ridícula» esa justificación, cuando ambos, Correos y Transporte, son entidades estatales. «Mi opinión es que hay una dejadez e inmovilismo total y permanente en esta cuestión», concluye.
«Estamos conscientes de las grandes dificultades por las que atraviesa el país y las carencias de combustible, pero sin agua no se puede vivir», sentencian Rafael Bueno Gutiérrez y Georgina Marrero Niebla, desde calle 146, No. 12904, entre 139 y 129, en el Reparto Reynold García (Pastorita), de la ciudad de Matanzas.
Refieren los remitentes que hace bastante tiempo que tienen problemas con el agua, pero últimamente la situación ya es insostenible.
Han presentado carencias de más de una semana. Tienen una cisterna (no soterrada). Y la tubería que debe surtirla está a ras del suelo. Y no llega el agua. La llave más bajita que poseen tiene una altura de 10 centímetros. Tampoco le llega el agua.
«Suplimos las necesidades básicas, afirman, con la solidaridad de nuestros vecinos más cercanos, que con una manguera nos llenan algunos depósitos. A veces (no siempre) llega el agua sobre las 10:00 a.m., y la retiran a la 1:00 p.m.
«El hilito que entra no me alcanza ni para llenar cuatro cubos. Nos hemos comunicado con Recursos Hidráulicos en la provincia, y la respuesta fue: Si para allá quitan la electricidad, es lógico que no haya agua. Cuando la instalan, entonces se pone el agua, pero todo el reparto se surte y a ustedes no les llega.
«Para colmo de males, añaden, tenemos un adeudo con el Banco sobre los 600 pesos, porque estuvieron mucho tiempo sin cobrar el agua (agua que no consumimos).
«Ahora cobran 70 pesos cada dos meses. Desconozco las razones. ¿Cómo se entiende que si este es un reparto de muchos edificios, donde hay carencia de agua, hayan autorizado fregadoras de carros? Solo en mi manzana hay tres, que son altas consumidoras de agua. También sabemos que hay casas con piscinas, y no poseen metros contadores de agua», termina.