Acuse de recibo
Eva Josefina Rodríguez Lorie escribe desde calle La Elodia, en Los Reynaldos, municipio santiaguero Songo-La Maya, para narrar el insoportable vía crucis que ha enfrentado su madre Josefina Lorie Delis, de 83 años de edad, viuda de un combatiente del Ejército Rebelde y la clandestinidad y miembro de las FAR por más de 20 años.
Refiere que su madre se jubiló en febrero de 1998. Y al fallecer su padre, en abril del mismo año, se acogió a la chequera de viudez por ser de mayor cuantía. Y con el reordenamiento, tres años atrás, la chequera de jubilación de su madre resultó en 1070 pesos.
Como quedaba por debajo de lo que devengaría por su jubilación, su madre decidió hacer dejación de esa pensión para acogerse a la que le correspondería como jubilada, y comenzó a realizar los trámites… de la incertidumbre.
En febrero de 2022 fueron a la sede del Inass en el municipio para iniciar el proceso. Pidieron los datos personales de su madre y les explicaron que eso demoraba un poco, porque debía enviarse a La Habana. Pasaron hasta nueve meses de espera y comunicándose por vía telefónica una o dos veces al mes, y siempre les decían: La Habana no ha enviado respuesta.
En noviembre de 2022 el esposo de Eva Josefina fue a las oficinas del Inass. Y le explicaron que como ella recibía su pensión por las FAR, debía ir a la Asociación de Combatientes del municipio a entregar una carta donde ella hace dejación de la pensión de su padre.
Esa carta se entregó el 15 de enero de 2023 a la compañera que atiende pensiones en esa institución, quien le explicó a la hermana de Eva Josefina que el trámite demoraba un poco, porque debía enviarse a La Habana.
Esperaron, y a fines de abril Eva Josefina contactó con la compañera de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC), para ver si había sabido algo; y además porque su mamá, al ir al cajero a cobrar el mes de abril, no tenía dinero depositado.
Dijeron allí que debía esperar, porque aún no se había recibido nada al respecto y que eso era así, Eva Josefina no quedó muy convencida. Siguió a la espera, manteniendo la comunicación semanalmente. Y la misma respuesta, hasta que el 17 de mayo ella decidió llamar a la ACRC provincial, específicamente a quien atiende pensiones, quien le explicó que había despachado con la compañera del INASS provincial el caso. Que ya ellos nada tenían que ver con el caso. No estaba en su base de datos.
Ese mismo día, ella llamó a quien atiende esos trámites en el Inass provincial, quien le dijo que esa solicitud estaba en La Habana y estaban en espera de respuesta.
«Mi madre, afirma, no ha recibido su pensión mensual en abril, mayo ni en junio: Y ya se le debe comenzar a pagar el mes de julio. Hace unos 15 o 20 días me comunicó que debía ir a la oficina de los combatientes de La Maya a llenar unos papeles porque le iban a dar un aumento de la chequera.
«Acudió, le tomaron sus datos. Y hoy, 21 de junio, a tanta insistencia de mi madre, decidí llamar nuevamente a la oficina de la ACRC… y me dice la muchacha que atiende pensiones que mi mamá salió por nomina electrónica. Que debía ir a cobrarle.
«Yo, que estoy al frente del problema, tengo problemas de salud que me impiden estar presente físicamente para hacer esos trámites, por lo que ha sido mayormente a través del teléfono. Hoy no podía ir hasta La Maya para ver eso. Y me auxilié de una persona para que investigara a través del Banco. Y dicen que hay una nueva tarjeta de mi mamá y está en un lugar llamado El Ramón, en zona enclavada en el Plan Turquino de Santiago de Cuba. No tengo idea de dónde queda y hasta allá tiene que ir a buscarla personalmente ella.
«¿Saben ustedes cuánto deberíamos pagar para llevar hasta allí a mi madre de 83 años, con discapacidad motora por artrosis de la rodillas que apenas puede caminar? ¿Desde que comenzó el reordenamiento es posible que aún exista tanta demora en resolver casos sensibles como el de la pensión de un anciano? ¿Le corresponde realmente algún aumento a mi madre por ser viuda de combatiente? ¿Dónde está el dinero de mi mamá desde abril a la fecha, que no ha recibido nada? ¿Cómo voy a explicarle a mi madre que hay que esperar, cuando yo no estoy convencida?», concluye.