Acuse de recibo
El pasado 14 de febrero, y desde el Vedado, en la capital, Ricardo Lacaba Abalo confesó aquí su inquietud ante el anuncio de la entidad productora del Salbutamol y la Fluticasona de que había recibido, después de muchos meses, el gas medicinal para producir esos aerosoles, y que a fines de enero ya los estaban suministrando en la red de farmacias.
«Yo padezco de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), asma y fibrosis pulmonar, decía, y requiero los dos productos que hace varios meses no puedo adquirir en mi farmacia de E y 19, en el Vedado, por mi “tarjetón”».
Y añadía que en el último ciclo decenal de entrega en enero pasado dijeron que esos dos productos entrarían en cantidades suficientes en el primer envío de febrero. Y en la farmacia donde compra se recibieron el día 7, y al día siguiente ¡se vendieron solo cinco de Fluticasona y no entró el Salbutamol!
«¿Qué dicen BioCubaFarma, la Dirección Provincial de Farmacias y quien planifica la distribución de medicamentos en el municipio de Plaza de la Revolución y en toda La Habana?», preguntaba Ricardo.
Pues nunca llegó aquí respuesta. Y ahora es el propio Ricardo quien vuelve a escribir, para confirmar que desde febrero, hasta marzo, en los ciclos de distribución de medicamentos, no ha podido adquirirlos, pues situaban menos de 20 unidades en la farmacia, y le era imposible hacer cola desde el día antes de la venta, en la que, solo a las 8:00 a.m. del día de venta se colocaba el listado de entrada y cantidad de los medicamentos.
En la entrega de abril, agrega, entró más cantidad de Fluticasona, pero por la tarde, cuando llamó a la farmacia, le dijeron que quedaban 12 unidades con cola en espera. Su esposa fue y ya se había agotado el medicamento.
Pero siempre hay quien sorprende. El generoso fue Juan Luis, un lector de Acuse de Recibo de 70 años, quien reside en el barrio capitalino de Ciudamar, en San Miguel del Padrón y tiene licencia de taxista por cuenta propia.
Se presentó en el hogar de Ricardo y le entregó un spray de Fluticasona que usaba su fallecida esposa, aceptando solo el agradecimiento. El donante indagó con Ricardo pormenores de su enfermedad, parecida a la de la difunta. Y volvió por allí con antihistamínicos, expectorantes y medicina natural para el asma, en desinteresado gesto, «que bien habla del verdadero sentir de los cubanos, gesto que me siento obligado a resaltar en estas líneas», refiere Ricardo.
Resumen: Un acto generoso de un cubano sensible, que no exonera a las instituciones aludidas de una respuesta oficial.
Con 66 años, y 47 de ellos laborando ininterrumpidamente en la empresa pesquera Camilo Cienfuegos, de Batabanó, en Mayabeque, Rey Palomo Nápoles presentó su retiro en diciembre de 2022. Y el Jefe de Personal le aseguró que podía esperar la jubilación en su hogar.
Pero en enero de 2023 le comunicó que la tarjeta que avala los años de servicio estaba incompleta. Y decidió crear una nueva tarjeta y enviarla a la Dirección de Trabajo y Seguridad Social.
Al llegar el expediente a la provincia, es devuelto, con el argumento de que la tarjeta de marras estaba falsificada. Y el Jefe de Personal le solicitó a Rey documentos que avalaran sus años de servicio, y este se los entregó.
¿Qué sucedió? El Jefe de Personal y la Directora de Capital Humano de la empresa le comunicaron a Rey que tenía que reincorporarse al trabajo, pues el trámite podía tardar tres meses.
«No estuve de acuerdo, afirma. ¿Por qué, por una negligencia ajena a mí persona yo no puedo disfrutar de mi retiro? Y lo más importante: No estoy recibiendo salario alguno. Tengo una familia que depende de mí.
«De esto tiene conocimiento la Fiscalía municipal, la CTC, el Director de dicha empresa, la Dirección Provincial de Trabajo y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. La Directora de Capital Humano de la empresa me dio un número de teléfono, el 78380049, del Departamento Jurídico del MTSS, en el cual nadie responde ni a mí ni a ella. Y ya en la fecha que corre no he recibido respuesta alguna», manifiesta Rey desde su hogar, en calle 76, No. 6506, entre 65 y 65B, Zona de Desarrollo de Batabanó.