Acuse de recibo
Benigna Duany Jústiz (Carretera del Morro No. 68, entre calle 3 y Gasómetro, reparto Mariana de la Torre, consejo popular de Vista Hermosa, ciudad de Santiago de Cuba) relata el extraño caso que pende sobre ella, desde que fue afectada por el huracán Sandy en 2012, y le otorgaron 22 tejas de zinc, diez «purlin», cinco bolsas de cemento y tornillos y cables para la instalación eléctrica del interior de la vivienda. Porque de ello guarda los comprobantes.
Luego de la visita de una funcionaria de la sucursal 8282 del Banco Popular de Ahorro, que pretendía liquidar la deuda de Benigna, esta se presentó allí el 28 de julio de 2021. Y descubrió que en esa sucursal hay facturas dobles de las entregas de los materiales a nombre de ella, y con la firma falsificada.
Y en la conciliación entre los comprobantes que conservaba Benigna y los documentos del Banco, detectaron irregularidades. No coincidían. La funcionaria que la atendió le imprimió el submayor para la correspondiente reclamación, pues no coincide en nada con lo que ella tiene en casa.
Benigna fue al Gobierno del Distrito 3 Antonio Maceo que le corresponde. Y allí le indicaron ver al funcionario David Garrido, que en aquel entonces atendía esa actividad. Él revisó los documentos.
El 25 de octubre de 2021 fue al punto de venta de materiales de la construcción que se encuentra en El Polvorín a revisar su ficha, y no apareció. Le indicaron dirigirse al Departamento de Comercio de Materiales de la Construcción, sito en Bayamo y Barnada.
El 3 de noviembre fue a dicha dependencia y se entrevistó con Maidelys, de Atención a la Población, quien le solicitó las fotocopias de la documentación. Entregó lo solicitado, y el día 9 se levantó un acta y se inició un expediente. Le explicaron que el proceso demoraba, porque había muchas reclamaciones. Y ella se fue confiada de que el proceso seguiría su curso normal, y en cualquier momento sería citada y se esclarecerían los hechos.
El 28 de noviembre de 2022 Benigna volvió a Bayamo y Barnada, al ser visitada de nuevo por el Banco. Y se sorprendió al ver el local cerrado. Los vecinos desconocían su nueva ubicación. Uno decía que se mudaron para el reparto Sueño, y otros que ya esa oficina no existe.
«Ahora me encuentro en el mismo punto de partida. O lo que es peor: nunca se tramitó mi reclamación y no tengo respuestas. El Banco en cualquier momento me vuelve a tocar la puerta. Yo estoy consciente de que debo pagar mi deuda, pero lo que realmente se me dio y que aparece en mis comprobantes.
«Pido que se verifiquen y comprueben mis documentos con los del Banco para que se estime la verdadera cantidad a pagar. No sé a dónde dirigirme en esta situación tan delicada», concluye.
Fidel Rodríguez Morales (avenida 62, No. 4720, apto. 3, ciudad de Cienfuegos) cuenta que desde el 17 de octubre pasado están en los almacenes de Palco en La Habana tres paquetes que le enviaron mediante Caribbean Express desde Estados Unidos. Y aún no ha tenido acceso a ellos.
El primero de los tres, precisa, contiene una planta eléctrica, en el contenedor 1 725; con un plazo de entrega de 60 días después de la fecha de envío. Y los otros dos traen misceláneas, en otro contenedor, con un tiempo de entrega de 15 días.
Afirma el remitente que los tres envíos, a nombre del propio Fidel y con destino a su dirección particular, permanecen aún sin abrir.
«Esta mercancía, manifestó, además de que cuesta bastante enviarla y luego aquí en Cuba extraerla, es muy necesaria. Y no entiendo cómo Palco se demora en el trámite de abrir el contenedor y entregar al destinatario.
«Escribo a ustedes para ver si mediante la prensa, los involucrados pueden darme una respuesta al respecto; o si la Aduana, a la que también me dirijo, tenga esa respuesta, pues es inconcebible esta situación», termina.