Acuse de recibo
Con 71 años, y 51 de ellos laborados con devoción para el Estado cubano ininterrumpidamente, Alberto Calzadilla Anido se siente muy desestimulado, allá en Bernabé Varona 52, entre Francisco Vicente Aguilera y Narciso López, en Gibara, provincia de Holguín.
Refiere que a los 65 años se jubiló, y le propusieron que se reincorporara a su trabajo como secretario de la Comisión del Fórum de Ciencia y Técnica en ese municipio, en la sede de la Asamblea Municipal del Poder Popular. Respondió al llamado y dio el paso al frente, como siempre hizo, y perpetuó su labor cinco años más.
En enero de 2022 presentó a la filial municipal del Instituto Nacional de Seguridad Social (Inass) en Gibara su expediente relativo a los cinco años adicionales trabajados después de que se jubilara, para recibir el recálculo correspondiente y el aumento subsiguiente en su pensión de jubilado.
Manifiesta que los funcionarios del Inass en Gibara lo atendieron muy profesionalmente y con excelente trato. Y, como está establecido, remitieron su expediente a la instancia central del Inass en La Habana, que es la responsable de concluir el proceso.
«Pues bien, expresa, estamos ya en septiembre de 2022, han transcurrido ocho meses desde que presenté el expediente, y esta es la fecha en que no he recibido una respuesta al respecto. ¿Acaso esos compañeros están por encima de la Ley y pueden engavetar un asunto tan importante para un ciudadano de este país, como es su sustento económico?»
Alberto considera que en un país con un envejecimiento poblacional tan vertiginoso, y que proclama la filosofía de la protección a los adultos mayores, morosidades y silencios como los que él sufre después de una vida consagrada al trabajo no pueden quedar en la más completa impunidad.
Y espera respuestas a sus preguntas:
« ¿Los 51 años que trabajé sin presentar ni un certificado médico y con excelentes resultados en mi trabajo, reconocidos en todas las evaluaciones, no merecen un poquito de sensibilidad y respeto?
«¿No se tiene en cuenta que mi generación, la de los años 70, que tanto aportó a este país e hizo frente al período especial, tiene una pensión que representa el 50 por ciento o menos de la que perciben quienes se están jubilando ahora?
«Le he dado esta información para que conozca el irrespeto que se comete con nosotros, ya que estoy seguro de que no soy el único que está en esta situación; y con el temor adicional de que si se termina 2022 y no nos han pagado, probablemente se pierda ese dinero que tanta falta nos hace, en medio de la galopante inflación a la que estamos sometidos», concluye.
José Iser Rodríguez (calle 66-A, no. 29F14, entre 29F y 31, Playa, La Habana) refiere que hace más de tres meses su esposa ha intentado infructuosamente hacerse de las tarjetas de crédito del Banco Metropolitano.
El problema sin explicación es que, cuando las ejecutivas hurgan en los datos personales de su esposa, les sale un impedimento que no permite ejecutar dicha operación.
Y como si fuera poco, ninguna sucursal bancaria a las que han acudido, le ha ofrecido una respuesta del porqué de ese impedimento. Argumentan que nunca se habían encontrado ante tal situación, pero nadie se consagra a descubrir las razones de dicho misterio.
«Hasta ahora son tres las sucursales de Playa que han quedado en responder ante tan misteriosa situación. Y nada de nada», concluye José.