Acuse de recibo
Casada y soltera a la vez, así definí el pasado 12 de septiembre el extraño estatus de Raquel María Lavernia Naranjo, quien contaba que contrajo matrimonio con Gaspar Verdecia Novás en la notaría de la ciudad de Manzanillo el 22 de noviembre de 1974, lo cual se asentó en el tomo 70, folio 22, del Registro Civil de la propia Manzanillo. Y en 2005, cuando solicitó allí mismo la certificación de matrimonio, comenzó el problema: ella figuraba como Raquel Lavernia Arias. Faltaba el segundo nombre y el segundo apellido estaba cambiado. Legalmente no era ella quien había contraído nupcias 31 años antes.
Le orientaron solicitar servicios de abogado en el bufete colectivo para iniciar proceso de subsanación. Todo se hizo con los requisitos, y pasó al Tribunal de Manzanillo, el cual declaró sin lugar la reclamación para subsanar errores, mediante la sentencia 284 del 9 de agosto de 2005.
Raquel intentó contratar a otra abogada, quien le dijo que el procedimiento era que su esposo le hiciera una demanda, por haberse casado con otro apellido. Ella se negó, «pues no soy culpable de que me hayan puesto mal mi nombre, cuando toda la documentación necesaria fue presentada correctamente el día de la boda».
Al reclamarle a la abogada que llevaba el proceso por los gastos y el tiempo, y que todo seguía igual, esta le orientó que se casaran de nuevo y todo quedaría arreglado. Para ello, sacaron el certificado de soltería, ¡y volvieron a casarse el 3 de noviembre de 2005!, registrado en el tomo 126, folio 381.
En marzo de 2012, Raquel sacó certificación de matrimonio, y todo coincidía exactamente. Después, en nuevos trámites, la volvió a solicitar. Y apareció la primera. En el Registro Civil dijeron que tenía que volver a contratar un abogado.
«Mi temor es que pase lo mismo, decía, gastando tiempo y dinero, que no están para botarlos. Según me informan, yo estoy casada dos veces porque tengo dos certificaciones; pero al mismo tiempo me dicen que ninguna de las dos son válidas… ¿Tendré que casarme una tercera vez? Alguien me dijo que me divorciara, pero si supuestamente no estoy casada, ¿cómo voy a divorciarme?, concluía.
Responde Ileana Horruitinier González, directora de Justicia en Granma, que, según especialistas del Departamento del Registro del Estado Civil, Raquel contrajo nupcias siendo menor de edad, cuando aún no estaban instituidos el carné de identidad y la tarjeta de menor como medio de identificación. Y compareció al acto matrimonial representada por sus padres, quienes declararon que ella se nombraba Raquel Lavernia Arias. Eso quedó registrado en el asiento de inscripción de fecha 24 de noviembre de 1974, tomo 70, folio 22, del Registro del Estado Civil de Manzanillo.
Desde entonces, dice, no había coincidencia con los nombres y apellidos de su inscripción de nacimiento; motivos por los cuales, al margen de la referida inscripción no puede obrar Nota de Matrimonio.
Al percatarse Raquel en 2005 de los errores en la inscripción matrimonial, estableció proceso ante el Tribunal Municipal Popular de Manzanillo, el cual declaró sin lugar la demanda de subsanación de error. Así, acudió a una abogada del Bufete Colectivo de Manzanillo, quien le orientó erróneamente como alternativa de solución volverse a casar. Ella solicitó una certificación de soltería y formalizó una vez más matrimonio, registrado en el tomo 126, folio 381. Y posteriormente le fue consignada una nota para dejarlo sin efecto.
Sobre la abogada que la asesoró, afirma, se le notificó a la Organización de Bufetes Colectivos. Y se supo que en la actualidad la misma ya no ejerce la profesión.
«Quedó demostrado —explica— que los errores en la inscripción del matrimonio no son imputables a los operadores de la actividad registral civil; existiendo como alternativas de solución, que Raquel María Lavernia Naranjo requiera la autorización por parte del notario público de un Acta de Información para Perpetua Memoria o Acta de Notoriedad, documentos que perduran en el tiempo y constituyen material probatorio, para demostrar que se trata de la misma persona y que se ha nombrado indistintamente de dos formas».
Precisa que Raquel se mostró conforme y agradecida, y ya tienen previstas las coordinaciones necesarias para la prestación de ese servicio, en cuanto ella lo requiera.