Acuse de recibo
En el maremágnum de misivas se acumulan las respuestas. Y a veces a este redactor y al maestro José Alejandro se le retrasan estas últimas en el afán de dar cauce rápido a los problemas que llegan encendiendo focos rojos tras muchos embates.
Hoy le toca entonces a una contestación: la que envía la Directora Provincial de Educación en Artemisa a la queja publicada aquí el 15 de octubre de 2014, remitida por Eridania Ramos González (Edif. E-14-J, apto. 24, Consejo Popular Ramón López Peña, en San Cristóbal).
Traía Eridania a estas líneas la preocupación por el futuro laboral de su hija, graduada de intérprete de Lengua de Señas Cubanas, en diciembre de 2011. Luego de varios meses de gestiones la joven fue insertada en el Instituto Preuniversitario Agrícola (IPA) Batalla del Rubí, asistiendo a un estudiante no oyente de Veterinaria. Al graduarse el alumno, a la hija de Eridania se le comunicó que debía moverse a otra plaza y comenzar como secretaria en una escuelita rural.
La intérprete no aceptó esta solución, investigó otras ofertas laborales y finalmente se colocó como auxiliar pedagógica. En tanto, se prepara para los exámenes de ingreso con vistas a obtener una carrera afín a sus estudios precedentes, como Educación Especial, Logopedia o Defectología.
La mamá se preguntaba si no podía prestarse mayor atención a los egresados de la especialidad de su hija, pues incluso algunos de ellos no tuvieron la suerte de aquella y ni siquiera lograron ubicarse en lo que estudiaron.
A propósito, como ya adelantamos, responde Marisela Torres Bello, máxima autoridad de Educación en la provincia. Explica Marisela que en el caso de Greter Hernández Ramos, la hija de Eridania, según se investigó, no se ha cometido violación alguna.
«Hoy en el sistema de educación del municipio de San Cristóbal, (…) solo existe un estudiante de la carrera de Mecanización Agrícola cursando el 3er. año de la carrera, quien viene de la Educación Secundaria con su intérprete de Lengua y Señas, con resultados satisfactorios en su trabajo», refiere la Directora.
«Por ser ella (Greter) una trabajadora no docente y no contar dentro del sector con otra plaza de acuerdo con su categoría para su ubicación, se le oferta la plaza de Especialista en Gestión de Expediente, que es de nueva creación, y para la cual sería habilitada mediante un curso; no aceptó. Además se le ofrece la posibilidad de trabajar en su especialidad en otro centro de la provincia donde hay niños con esa discapacidad, y alega problemas personales; no aceptó».
La preocupación de la joven —especifica la Directora Provincial— radica en la superación; pues a pesar de ser graduada de Lengua de Señas no puede cursar la Licenciatura en esta especialidad. Como no existe la matrícula necesaria no abre la carrera y se reorientan los aspirantes para otras afines.
Hoy Greter está matriculada en la Facultad Obrero Campesina Combate de Río Hondo, del municipio de San Cristóbal, para la preparación con vistas a las pruebas de ingreso a la enseñanza superior, tras las cuales aspira a matricular en especialidades de la Educación Especial, apunta la directiva.
Agradezco la respuesta. Y apunto que ante casos similares en esta u otras carreras, se podría valorar la diversificación de espacios en los cuales ubicar a los egresados. Haciendo una analogía con el sector periodístico, hubo un tiempo en que prácticamente se miraba al egresado solo como potencial redactor-reportero de prensa. Ya en la actualidad se han ampliado las opciones y se piensa en espacios de comunicación en empresas, instituciones, sitios web. ¿De cuánta ayuda no sería que los especialistas en Lengua de Señas transmitan su saber en disímiles entidades? Aumentarían no solo la cultura general de sus miembros, sino, sobre todo, la sensibilidad para crear, entre todos, una sociedad más comunicada, es decir, más humana.