Acuse de recibo
Le sucedió el 25 de octubre último, a las 9 y 15 de la mañana, cuando se disponía a pagar el arroz con un billete de cinco pesos. El villaclareño Luis Guillermo Moya Polanco (San Miguel No. 110, interior, entre Juan Bruno Zayas y Alemán, Santa Clara) ni había advertido quizá que el billete tenía una pequeña marca, un número 14 sobre la imagen del mártir. A él se lo habían dado así como vuelto de algo que compró, y como habitualmente circulan muchos de estos papeles-moneda con marcas que alguien les hace, pues nada anormal debió notar Luis Guillermo.
Pero aquel día, en la tienda La Ferrolana, no le aceptaron sus cinco pesos, y le informaron que según una disposición de Trasval, no se podían recibir billetes con marca alguna sobre la efigie del prócer.
«Me fui a dar las quejas a los gobiernos municipal y provincial, narra el remitente. Fui muy bien atendido, pero todos los compañeros se quedaron asombrados, pues nadie sabía nada al respecto. (…) Cuando la compañera que atiende a la población en el Gobierno Provincial trata de llamar a Trasval para que alguien le explicara (…), le responden que no le pueden dar el teléfono de nadie allí, pues es privado». Guillermo, por supuesto, considera esto un absurdo.
Según el Banco Popular de Ahorro de la localidad, al que también se dirigió el remitente, no existe ninguna indicación de esa índole de las instancias bancarias a Trasval, pero esto —reflexiona el lector— se contradice con carteles que tienen puestos en varias bodegas alusivos a que no se recepcionarán billetes con marca alguna sobre la imagen del mártir.
Más allá de la irresponsabilidad de muchas personas de escribir algo en el papel moneda, el villaclareño se pregunta en torno a la existencia real de la disposición de marras y si, en caso de ser efectiva, ahora todos los billetes con algo escrito perderían su valor.
¿Qué dicen las autoridades correspondientes?
La preocupación del capitalino Edil Garcias Torres (Colón No. 207, entre Estancia e Hidalgo, Plaza de la Revolución) podría ser la de muchos ahora mismo. Sucede que Edil ha visto en espacios televisivos trabajos periodísticos en los cuales se explica que el Carné de Identidad no se debe dejar en calidad de depósito o garantía bajo ninguna circunstancia; pero en ciertas instituciones parece como si esta medida no existiera.
El pasado 22 de octubre «en la empresa Viazul me solicitaron el CI y cuando le dije que no era correcto, la compañera de la puerta buscó a su Jefe de Protección y este dice que es verdad lo que le expliqué; pero que él se regía por las leyes que están establecidas y por las resoluciones». (¡?)
A qué regulaciones se refería este trabajador, se pregunta el remitente. Y este redactor añade: ¿Acaso las entidades pueden violar a su antojo disposiciones de carácter superior que abarquen al país todo? ¿Qué recursos puede esgrimir y ante qué instancia puede reclamar un ciudadano común cuando en el guardabolsos X o en la puerta Y le exijan que deje su carné de identidad para poder acceder?
Aprovecho las últimas líneas para reiterar la necesidad de que las misivas escritas a mano, por favor, sean en letra legible. Quien no pueda hacerlo por sí mismo, que se valga de un familiar o amigo para que pase en limpio las ideas. A veces el equipo de Acuse debe hacer labor casi de peritos para descifrar qué se dice o quiso decir en la carta.
Otra cuestión a veces preocupante es la falta de claridad en lo que se explica. Cuando alguien nos pregunta cómo redactar para la sección, le decimos: simplemente haga el cuento. Diga cuál es su preocupación o problema con todos los detalles que resulten necesarios, pero sin rodeos y circunloquios. Hablando claro, como reza ese magnífico programa de radio, nos entendemos mejor. Gracias.