Este importante estudio con más de 5000 participantes evaluó la edad biológica de 11 órganos midiendo más de 4000 proteínas en el torrente sanguíneo. Autor: Tomada de Twitter Publicado: 22/03/2025 | 11:06 am
WASHINGTON, marzo 22.- Una nueva investigación de diversas ciencias combinadas reveló una intrigante conexión entre el tipo de sangre y el ritmo de envejecimiento de los seres humanos.
Este nuevo estudio ha descubierto que las personas con el grupo sanguíneo B podrían experimentar un envejecimiento más lento, lo que plantea interesantes preguntas sobre qué hace único a este grupo.
Tony Wyss-Coray, investigador de la Universidad de Stanford, en California, ha dedicado años a desentrañar estos misterios biológicos, con especial atención a cómo los factores sanguíneos afectan la vitalidad general. Su investigación subraya la importancia de la sangre para comprender el desgaste que sufre nuestro cuerpo a medida que envejecemos.
Muchas personas en todo el mundo se esfuerzan por prolongar su vida saludable, pero pocas son conscientes de que su tipo de sangre puede influir en la rapidez con la que envejecen, reseña el portal web PlanetToday.
Los expertos señalan que las personas con tipo de sangre B no están exentas de riesgos para la salud. Estudios han demostrado que pueden enfrentar un riesgo ligeramente mayor de problemas cardiovasculares. Sin embargo, mantener hábitos alimenticios saludables, mantenerse activo y controlar el estrés puede ayudar a reducir este riesgo.
Este grupo también es conocido por ser más sensible emocionalmente, y algunos sugieren que un sólido sistema de apoyo es esencial para su bienestar mental. Cada vez hay más evidencia que sugiere que el envejecimiento afecta a diferentes partes del cuerpo a un ritmo variable. Algunos órganos pueden envejecer más rápido que otros.
Este importante estudio con más de 5000 participantes evaluó la edad biológica de 11 órganos midiendo más de 4000 proteínas en el torrente sanguíneo. Los hallazgos revelaron que aproximadamente el 20 por ciento de la población experimenta un envejecimiento acelerado en al menos un órgano.
Los métodos actuales suelen evaluar los cambios epigenéticos en el ADN para estimar el envejecimiento general, pero esto suele implicar muestras de tejido, que pueden ser difíciles de obtener de todos los órganos.
La sangre, por otro lado, es más fácil de obtener y puede proporcionar una instantánea de los niveles de proteínas asociados a diferentes sistemas internos. Todos estos datos recientes podrían ayudar a desarrollar estrategias personalizadas para ralentizar el proceso de envejecimiento, dijeron científicos.