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Más que medallas

La 60ma. edición de los Juegos Nacionales Escolares promete ser una de las más emocionantes, competitivas y recordadas de los últimos años, según destacó Ramón Ají Fariñas, jefe del Departamento de Deporte Escolar del Inder.

Autor:

Raciel Guanche Ledesma

Hace mucho tiempo que los juegos escolares nacionales no cobraban el significado y la relevancia que van teniendo este año. Pocas horas nos separan del comienzo de la 60ma. edición histórica, y ya el ambiente festivo, competitivo y de hermandad se nota en la sonrisa de los futuros campeones que representarán en la cita a sus terruños y escuelas.

Hablamos del evento competitivo más importante del año dentro de la Mayor de las Antillas, al que se le ha puesto esta vez alma, corazón y vida para regalárselo como lo merecen a nuestros niños y adolescentes, así como homenajear al máximo inspirador de los juegos, el líder histórico de la Revolución Cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

«La preparación de la justa ha sido difícil, como los tiempos que vivimos, pero finalmente la realizaremos como la soñamos», aseveró en diálogo con Juventud Rebelde Ramón Ají Fariñas, jefe del Departamento de Deporte Escolar del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder), quien destacó que las jornadas las denominaron 65 x 60 igual a Fidel.

Desde entonces, dijo, se han planificado un grupo de acciones que evaluamos de forma sistemática por la presidencia del Inder y, a su vez, también trazamos estrategias más allá de lo que han sido los juegos escolares hasta ahora, con una connotación importante porque son los únicos eventos multidisciplinarios que tenemos en nuestro país en la formación deportiva general.

Contamos con experiencias novedosas para esta edición, como, por ejemplo, la mascota, un himno y las provincias tienen su bandera. Por primera vez, explica, los atletas van a vestir mono deportivo y tendrán identificación por cada territorio. Lo más significativo de los juegos no será el resultado deportivo sino lo que deja en la vida de sus participantes: la confraternización y la formación constante de valores en los noveles atletas.

«El propio Fidel abogó por que la fiesta deportiva escolar, más que medallas, diera a nuestros niños una mayor integralidad. Decía que “a la condición de buen estudiante la de buen atleta; y a la condición de buen atleta y buen estudiante, la condición de buen revolucionario”», aseveró Ají Fariñas.

Un esfuerzo notorio

Otro de los puntos notorios de esta edición es la reparación de instalaciones deportivas. Al respecto, el Jefe del Departamento de Deporte Escolar del Inder argumentó que este movimiento resulta una gran victoria, incluso antes de comenzar la cita. Ya las provincias han ganado medalla de oro por la recuperación de las instalaciones, catalogó.

Para nadie es un secreto que varias instalaciones deportivas en nuestro país tienen un alto nivel de deterioro tras muchos años sin recibir una reparación media. Hablamos también, expresó, de acciones constructivas en piscinas, canchas deportivas, pistas y terrenos.

Aclaró que existe una estrategia en cada provincia para continuar recuperando instalaciones luego de los juegos escolares. «Las que no pudimos sacar este año entrarán en un programa para realizarlo de forma progresiva, o sea que va a existir una continuidad de las acciones», afirma.

En este punto, Ají Fariñas enfatizó en la significación que le ha dado la máxima dirección del país a los 60mos. Juegos Escolares. A pesar de las difíciles condiciones que vivimos, se trabaja fuerte y unidos para que esta celebración sea por todo lo alto, como merece el deporte cubano, nuestros niños, adolescentes y el pueblo.

De igual forma, reconoció el aporte decisivo de un grupo de organismos que están implicados en la fiesta deportiva, como los ministerios de Salud Pública, Educación, Transporte y las Fuerzas Armadas Revolucionarias. De trascendente catalogó la ayuda brindada por la industria militar en la confección de módulos y la logística.

Sana rivalidad garantizada

En una fiesta del deporte cubano en que participarán 9 697 jóvenes atletas resulta vital la coordinación estrecha entre todos los actores involucrados. Todos los territorios, excepto el municipio especial de Isla de la Juventud, van a acoger como mínimo un deporte. Como ya es costumbre, las dos principales sedes de la justa por el nivel de competiciones que acogen será La Habana, donde se realizará la inauguración de los juegos, y Santiago Cuba, que acogerá la clausura.

Ambas provincias buscarán reeditar su histórico uno-dos en el medallero y la puntuación de los juegos. Viviremos una bonita rivalidad, sobre todo por la tercera posición en la tabla, reconoce Ají Fariñas, pues Cienfuegos, Villa Clara, Granma y Camagüey van con intención de adueñarse de ese último puesto de privilegio.

Entre la natación y el atletismo estarán repartiéndose la mayor cantidad de preseas, aclaró, mientras que la gimnasia y las pesas también definirán lugares importantes en la tabla general.

De esta rivalidad amena nacen nuestros futuros talentos y la mayoría de los campeones. Ahora se trata de buscar la necesaria cantera que emerge desde cada punto del país. Justo en la cita se evaluarán, además, aspectos importantes como el estado de la reserva deportiva. Y en ese punto, refirió que estamos cerrando un ciclo olímpico y ahora toca saber con qué atletas trabajar y con qué contamos para las próximas matrículas de los centros de alto rendimiento.

Ciertamente, cada año el deporte se complica y Cuba recibe un impacto doble por la presencia del recrudecido bloqueo estadounidense. Por ello insistimos —dijo Ají Fariñas— en que debemos trabajar en estas categorías con inteligencia y aplicando la ciencia a la formación deportiva desde las tempranas edades.

Pero más allá de los objetivos competitivos, esta edición persigue la formación humana como baluarte esencial. En tal sentido, reconoció que en cada sede se aplicará un sistema emulativo que tiene en cuenta el comportamiento y desenvolvimiento de los niños y adolescentes.

Desde su punto de vista no solo con medallas debe reconocerse a las nuevas generaciones de atletas. En esta histórica versión de los juegos premiarán a las provincias y atletas más integrales, los cuales no siempre tienen que ser los que ostenten los máximos resultados deportivos. 

Una mirada a futuro

Los nuevos tiempos con sus desafíos imponen otras miradas hacia los juegos escolares. De ahí que Ají Fariñas comente sobre la necesidad de cambiar el sistema competitivo de cara a próximas ediciones. Hay que tener presente —asegura— que los juegos escolares no comienzan en julio. Prácticamente inician en enero, y las cifras de participantes en todo ese tiempo ascienden hasta los 20 448 atletas, algo que al país le cuesta mucho sostener.

Ahora estamos proponiendo para el ciclo venidero —refiere— realizar los juegos clasificatorios escolares, una especie de competición zonal inter-EIDE
(Escuela Integral de Iniciación Deportiva). Aquí tampoco es que vayamos a perder la calidad, sino todo lo contario, la estaríamos concentrando. Otro de los propósitos con esta novedosa variante radica en que cada vez el calendario competitivo cubano se parezca en todas sus categorías al internacional. De esa forma —agrega— le creamos la conciencia al atleta que para asistir a su competencia fundamental debe primero clasificar, hacer una marca o ganarla.

Por último, Ají Fariñas no dejó pasar la oportunidad para hacer un llamado a la disciplina en estos juegos. Aseguró que, como viene siendo costumbre, es necesario que reinen las buenas actitudes, el respeto y la amistad, para regalarle así a Cuba y a Fidel una verdadera fiesta popular donde nuestros niños y adolescentes sean los máximos protagonistas.

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