Sietecolores. Así, con esa grafía, se conoce en Chile al Tachuris rubrigastra, un pájaro nativo de los Andes, en América del Sur, que bajo el nombre de Fiu es la mascota de los 19nos. Juegos Panamericanos Santiago 2023.
«Fiuuuuuu» es, también, el sonido que emite esta ave cuando pasa volando cerca. Se trata de un animalito que habita en zonas húmedas e inundables cercanas a ríos y lagos, y se asocia con las totoras, plantas acuáticas en las que se le puede ver de vez en cuando.
La mascota se presentó a dos años del inicio de Santiago 2023 y desde la organización explicaron que los siete colores representan fuerza, constancia, respeto, determinación, honestidad, compañerismo y pasión.
Para estar a tono con los tiempos, tiene cuenta propia en Instagram, donde comparte sus ocurrencias.
Los Juegos Panamericanos tienen mascotas desde la edición de San Juan 1979, en Puerto Rico. En esa ocasión se llamó Coqui, que representaba a un sapo común. Desde entonces, la lista de animales es bien larga. Santiaguito fue el león de Caracas 1983, y este animal volvió a estar presente, con el nombre de Leo, en la cita de Guadalajara 2011, la única con tres mascotas: Gavo, un agave azul, y Huichi, un venado de Tapalpa.
Amigo fue el papagayo que representó a Estados Unidos en los Juegos de Indianápolis 1987, y cuatro años más tarde la capital de Cuba se llenó de tocororos, nuestra ave nacional, con el Tocopan. ¿Quién de los nacidos en ese entonces no lo recuerda con su sombrero de yarey, su guayabera y sus tenis?
A la lista de mascotas se añade Lobi, el lobo de mar, precisamente en Mar del Plata 1995, en Argentina. Winnipeg tuvo dos: Lorita y Pato, mientras que el manatí Tito representó a República Dominicana en Santo Domingo 2003.
Los brasileños fueron bien originales con Cauê, que personificaba al sol en los Juegos de Río 2007. Pachi el erizo animó a los asistentes a Toronto 2015, mientras que Milco, un cuchimilco —estatuilla de archilla perteneciente a la cultura chancay—, estuvo en los estadios de Lima, Perú, hace cuatro años.