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La bala no es de Billy, sino de Juan Carley

 Voleibolista y luchador en sus inicios, Juan Carley Vázquez fue a la altura de cuarto grado que inició su vínculo con los lanzamientos

Autor:

Enio Echezábal Acosta

Nacido y criado en el capitalino reparto de Aldabó, en el municipio de Boyeros, Juan Carley Vázquez contó en exclusiva a JR que, desde que tuvo uso de razón, se sintió un gran aficionado a todo tipo de deportes. Este hecho, nada raro tratándose de un cubano, en su caso resulta incluso más natural una vez que se conoce el largo «pedigrí» que lo precede.

Para empezar, uno de sus abuelos fue integrante asiduo en los equipos de pelota del Mariel. Además, tuvo tres tíos boxeadores, entre ellos Juan Carlos Gómez, quien llegó a ser campeón mundial juvenil en 1990. Teresa, su tía materna, fue atleta, mientras que su madre, Olga Lidia Gómez, fue una de las discóbolas que integró el equipo nacional de atletismo durante los años 90.

Como otros tantos, su camino tuvo varias paradas antes de terminar en el campo y la pista. Voleibolista y luchador en sus inicios, fue a la altura de cuarto grado que inició su vínculo con los lanzamientos. Por entonces, su mamá lo llevó al Cerro Pelado, muy cerca de su casa, para que diera sus primeros pasos. Luego, él se fue abriendo el camino por sí solo.

«Ya a principios de quinto me hicieron las pruebas de captación para la EIDE. Luego de entrar en esa nueva escuela, estando ya en sexto, en el año 2013, participé en un evento zonal en Cienfuegos, pero mis resultados allí no fueron los mejores y no logré clasificar para el nacional de la categoría», relata Vázquez.

El curso siguiente, ya estando en la secundaria, Vázquez, quien contaba con una talla bastante notable para su edad, redobló los esfuerzos y consiguió superarse por completo. Esa vez se llevó el oro en la bala y el disco, pero no solo eso, sino que implantó sendos récords nacionales para esa categoría.

En 2016 volvió a reinar en la prueba de la bala para menores de 16 años a nivel doméstico, mientras que se ubicó en la sexta plaza del disco. Un año después repitió la dosis dorada por partida doble y eso le ganó el derecho de «mudarse» al Estadio Panamericano para ascender al equipo nacional absoluto.

Cuando vemos la progresión de Juan Carley, registrada en la página oficial de la World Athletics dentro de las categorías de formación, notamos una mejoría constante en sus marcas «balísticas». En 2016, cuando aún usaba el implemento de cuatro kilogramos, propio de su edad, logró impulsarlo hasta una distancia de 18, 09 metros, y ya al subir hasta el de cinco kilos pudo mandarlo incluso más lejos: a 20,60m.

Ya en la categoría juvenil, en donde la herramienta tiene una masa de seis kilogramos, sus comienzos en 17,68 metros (2018) fueron tibios, pero en las siguientes temporadas logró colocarlo a distancias de 20,16 (2019) y 20,32 (2020), esta última calificada como plusmarca cubana sub-20.

Sus marcas a nivel de mayores —con la bala de 7,26 kilos— comenzaron siendo discretas, con un 14,61 en marzo de 2018. No obstante, alrededor de 12 meses más tarde mostró un progreso de más de dos metros y medio con un tiro de 17,15 metros. Si bien en el ’20 no hubo actividad, ya en el ’21 validó un envío de 17,85 metros que le valió para llevarse el bronce en los 1eros. Juegos Panamericanos Júnior de Cali-Valle, lid desarrollada en el campo del estadio Pascual Guerrero, y en la que dominaron, además, el argentino Nazareno Sasia (20,08 m) y el colombiano Ronald Grueso (17,98 m).

«Siendo completamente sincero, yo sabía que en Cali sería muy difícil ganar el oro. El argentino tenía mejores marcas que yo y también había otros rivales que estaban en un mejor nivel. Salí a hacer lo mejor posible y tratar de mejorar mis marcas, así que al final el tercer lugar obtenido fue un resultado que recibí con mucha alegría», recuerda Juan Carley.

Más allá del valioso bronce panamericano, obtenido el 1ro. de diciembre pasado en tierra colombiana, el principal resultado de este prometedor atleta sucedió durante el verano en el Centro Deportivo Internacional Moi de Kasarani, situado en Nairobi, capital de Kenia.

El 19 de agosto de 2021 Vázquez vivió una historia digna de un filme en el Campeonato Mundial de Atletismo sub 20 que se realizó en esa urbe africana. En su último intento, el forzudo joven mandó el implemento hasta los 19,73 metros y así desplazó de sus posiciones al bielorruso Yauheni Bryhi (19,70) y al suizo Jephté Vogel (19,16), a la postre plata y bronce en la cita del orbe para los futuros gigantes del atletismo.

«Fue un gran reto, porque el clima no me lo puso fácil. En primer lugar, hizo mucho frío ese día y además, al poco tiempo de haber empezado a calentar, comenzó a llover y hubo que parar todo por casi 40 minutos. Para mí fue satisfactorio ganar el título, porque nunca había tenido que lidiar con esas condiciones y las cosas salieron bien. Es cierto que me había preparado y me sentía bien para competir, no esperaba algo tan grande», relató Juan Carley.

Este muchacho amante de la tecnología, quien hubiera escogido la Ingeniería Informática si no fuera por sus enormes dotes para impulsar una esfera metálica de 7,26 kilogramos hasta distancias que la mayoría no puede, entrena a la vera de una grande como Misleydis González, una balista que durante su etapa activa sumó a su palmarés nada menos que una plata Olímpica en Beijing y un bronce mundial bajo techo en Valencia, ambos en 2008, además de un par de coronas  Panamericanas en las ediciones de Río de Janeiro 2007 y Guadalajara 2011.

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