Reinier Taboada, insertado en el balonmano profesional francés, fue el segundo con más asistencias del torneo Autor: IHF Publicado: 17/06/2019 | 11:32 pm
Irremediablemente Georgia siempre estará en la memoria de los 14 jugadores cubanos y el cuerpo técnico que intervino en el Campeonato Mundial de Naciones Emergentes de balonmano que concluyó este domingo en la ciudad georgiana de Tiflis. Todo se resume a una historia bien escrita durante ocho días, cuyos autores principales llegaron al último capítulo con la pluma cargadita de suspenso y dramatismo y un pasado limpio de manchas. El choque entre Cuba y Georgia por el título devino colisión de expresos. No podía ser de otra manera.
Al final, los georgianos terminaron levantando el trofeo, tras mostrar una visible superioridad en la cancha, reflejada en la pizarra de 31-21. De ahí que los nuestros nunca olviden a los locales, quienes, además de terminar campeones, derrumbaron el invicto del plantel criollo en el choque más importante de una justa que reunió a 12 selecciones.
Pero igual, ese no es el motivo principal, al menos en mi criterio, para que los alumnos del estratega habanero Luis Enrique Delisle perpetúen a Georgia en sus vidas, como si fuera el más despiadado de los verdugos. El balonmano contempla lo más normal de cualquier deporte: el triunfo y la derrota, y a los insulares les tocó la peor parte. Hay que conformarse con eso, por ahora.
Lo más significativo que heredaron los cubanos en territorio georgiano fue debutar en una lid universal de este tipo y hacerlo de la forma en que lo hicieron. El mérito de llegar a la discusión de la corona como líderes del grupo A e invictos en seis presentaciones, nadie se los puede quitar. Los cubanos asumieron la etapa clasificatoria y la semifinal como una flor a la que deshojaron, y eso la afición de casa lo agradeció bastante.
Junto a la medalla de plata, otras buenas noticias desde las individualidades hicieron crecer el valor del resultado. El avileño Magnol Suárez, inmenso de principio a fin —crucial frente a Bulgaria en semifinales con esa espectacular parada en los instantes finales que mantuvo viva la ilusión de estar en la final— fue elegido en el Todos Estrellas de la lid como mejor arquero. También recibió en tres ocasiones el reconocimiento de Jugador Más Valioso del partido.
El otro antillano que engrosó el elenco estelar fue el habanero Eduardo Valiente, elegido como pívot más sobresaliente. Cuba, Bulgaria y Georgia incluyeron dos exponentes en el All Star.
El santiaguero Omar Toledano resultó el mejor artillero por los actuales subcampeones del orbe, al ubicarse con 43 goles en la novena posición del evento. El habanero Reinier Taboada fue el segundo con más asistencias (30) y el decimoctavo en perforaciones (37), apartado en el que el matancero Adonys García y el capitalino Hanser Rodríguez terminaron con 27 dianas.