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Volver a empezar

Los cubanos Manrique Larduet y de Randy Lerú culminaron su participación en el evento muy por debajo de lo esperado

 

Autor:

Luis Autié Cantón

Lo confieso. Fui uno de los muchos que vaticinó un buen resultado de Manrique Larduet y de Randy Lerú en el Campeonato Mundial de Gimnasia Artística que se desarrolla en Doha, Catar. Pero ambos cubanos culminaron su participación en el evento muy por debajo de lo esperado, al quedar fuera de todas las finales y alejados de su mejor rendimiento.

Recordemos que Manrique, medallista de plata en el all around de Glasgow 2015, solo se presentó en cuatro modalidades, como parte de la estrategia de preparación pactada rumbo a eventos futuros. Pese a esto, el santiaguero se mostró claramente errático en los ejercicios de manos libres (11,400 puntos y lugar 187) y las paralelas (13,166-97), dos de las modalidades a las que el cubano suele sacar más provecho.

Por otro lado, su paso por la barra fija no fue tan desafortunado, pues logró 14,166 unidades y se situó en el noveno escaño de la tabla general, cerca de incluirse entre los ocho finalistas.

Cuando ese halo de imbatibilidad que rodea a los atletas de élite se desvanece tendemos, los aficionados, a juzgar. Pero los deportistas son seres humanos. Cuando se está acostumbrado a ganar, a tener resultados positivos, los descalabros duelen más. Ya saben, eso que dicen: mientras desde más alto es la caída… En sus redes sociales, el propio atleta reconoció no haber tenido el mejor de sus momentos. «Un día malo lo tiene cualquiera, pero creo que el mío fue el peor».

Por otro lado, Randy Lerú, quien sí participó en todos los aparatos, no fue capaz de incluirse entre los 24 mejores del concurso de máximos acumuladores, al no avanzar a ninguna final, ni siquiera a la de barra fija, uno de sus eventos más fuertes.

Los resultados de Lerú, francamente, no fueron los esperados, toda vez que se quedó por debajo de sus mejores desempeños en anillas (12,000-163), caballo de salto (13,666-112), paralelas (13,900-50), manos libres (13,900-37) y barra fija (13,933-19). Además, el indómito fue duramente penalizado en su ejecución en el caballo con arzones para computar un exiguo 6,733 (lugar 191). Con estos resultados, el cubano terminó en el puesto 78 del all around.

No obstante, no soy de los que valora ni juzga por los resultados de una competencia. Contamos, por suerte, con una generación de gimnastas, en ambos sexos, que nos hacen pensar en grandes cosas. Y nosotros, que vemos el oleaje desde la arena, no nos damos cuenta a veces de lo complejo que es competir, de las horas y los litros de sudor derramados en un gimnasio. Gimnasios que, en la mayoría de los casos, están visiblemente por debajo de los estándares internacionales.

Quien piensa a lo grande tiene que caerse a lo grande. Y el arte de vencer se aprende en la derrota. Aquí estoy de acuerdo, totalmente, con los autores de estas dos frases, el filósofo Martin Heidegger y El Libertador, Simón Bolívar, dos genios de ámbitos distintos pero con un mantra común, un mantra que nos permite afirmar que nuestros muchachos, amén del batacazo, no se van a rendir. Nunca lo han hecho. ¡A volver a empezar!

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