José Carlos, como el resto del equipo cubano, aspira a lograr el oro en el clasificatorio Norceca. Autor: Maykel Espinosa Rodríguez Publicado: 29/08/2018 | 08:04 pm
Nitza Villapol siempre tuvo a las ramitas de romero como especia indispensable a la hora de preparar sus más afamadas recetas en el popular espacio televisivo Cocina al minuto.
Otros reconocidos chefs, tanto cubanos como internacionales, han tenido deferencias para con la hierba aromática, por sus necesarias propiedades y la riqueza de su fragancia.
No es de extrañar entonces que a la hora de conversar con el voleibolista cubano José Carlos Romero González, la coincidencia de su apellido con el aderezo culinario, me arme de una estrategia para abordar mejor las características del joven cienfueguero.
Con una estatura que supera el metro con 98 centímetros, el opuesto de solo 19 años se ha ganado un lugar en la nómina regular del conjunto cubano, que en este minuto compite en el torneo Norceca, clasificatorio al mundial sub-21; certamen donde se pelea por un único cupo rumbo a la cita del orbe de 2019.
Interpelado sobre las aspiraciones del conjunto antillano en la justa que tiene por sede el Coliseo de la Ciudad Deportiva habanera, Romero González aseguró a Juventud Rebelde que aún cuando el comienzo ha sido en apariencias menos exigente, los enfrentamientos de viernes y sábado demandarán una mejor forma de la selección.
«Sabemos que los partidos que hay que ganar serán contra equipos más fuertes como Estados Unidos y Canadá, por lo que tenemos que estar preparados para caerles encima con nuestra mejor arma que es el ataque y lograr el oro, que fue la meta que nos propusimos. Llevamos mucho tiempo preparándonos para este momento por lo que estoy convencido de que podremos alcanzar la clasificación al mundial», sostuvo.
José Carlos es el único miembro de la selección cubana sub-21 que integró la nómina de mayores representante de la Isla en los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, y también formó parte de la escuadra nacional en el mundial sub-19 de Bahréin, justa donde Cuba concluyó en el puesto 16.
Quizá, el pobre corolario alcanzado en el territorio del Golfo Pérsico y el hecho de haber aportado a la causa cubana solo 36 puntos en siete desafíos, hace que el muchacho recuerde con mayor agrado su asistencia a la lid centrocaribeña, aun cuando el cuarto escaño conseguido por los nuestros nos dejó un sabor salado en el paladar.
«Fue una experiencia muy buena a pesar del resultado final. En lo personal me sirvió para reafirmarme a mí mismo que hay que esforzarse y entrenar constantemente para lograr grandes cosas y hacerlo todo lo mejor posible si llega la oportunidad», aseveró José Carlos.
«Creo que con ese fin debo seguir perfeccionando los aspectos ofensivos como el ataque y el servicio, mis armas más poderosas, y trabajar la defensa que es en lo que menos fuerte me siento», atestiguó.
Tan alto como sencillo y tan talentoso net por medio como en la línea de saque, el muchacho de la Perla del Sur hace gala igualmente de un sentido del humor bien criollo y en la despedida, ante mi insistencia en recordarle su terruño, no duda en cantar como una vez lo hizo el gran Benny Moré: «Cienfuegos es la ciudad, qué más me gusta a mí».