El pasado lunes se cumplieron 40 años de la inauguración de la 17ma. Serie Nacional, la cual bien pudiera denominarse la temporada de los estrenos de la pelota cubana.
En 1976 se había instituido en el país una nueva división político-administrativa, que elevó de seis a 14 el número de provincias, además de la existencia del municipio especial Isla de Pinos, que desde el 2 de agosto de 1978 comenzó a llamarse Isla de la Juventud.
Esto conllevó a que a partir del campeonato de 1977-1978 la cantidad de participantes en nuestros campeonatos se ampliara a 18 equipos, entre ellos 11 debutantes.
Permanecieron Vegueros y Forestales, representantes de Pinar del Río; Henequeneros y Citricultores, que defendían a Matanzas, y Metropolitanos, uno de los elencos de la capital. Retornaron Industriales, que en 1975, 1976 y 1977 se insertó en las series selectivas, y Camagüey, de cuyo antiguo territorio se desprendió Ciego de Ávila, pero mantuvo el nombre del plantel con el cual había jugado hasta la versión de 1974.
Mientras, se estrenaban los equipos de las nuevas provincias: provincia de La Habana, Cienfuegos, Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Santiago de Cuba, Las Tunas, Holguín, Granma, Guantánamo y el municipio especial Isla de la Juventud, que en su incursión inicial todavía se llamaba Isla de Pinos.
El domingo 18 de diciembre de 1977 ocurrió el debut de los planteles mencionados con encuentros en nueve parques beisboleros. La ceremonia central se realizó en el estadio Latinoamericano, donde Metropolitanos derrotó a Henequeneros una carrera por cero, con Eladio Iglesias como protagonista de la única lechada de la fecha.
En el Coloso del Cerro fueron premiados los mejores deportistas del año 1977, cuya relación encabezó Alberto Juantorena —el más destacado— y completaron Raúl Vilches (voleibol), Braudilio Vinent (béisbol), Daniel Núñez (levantamiento de pesas), Silvia Chivás (atletismo), Mercedes Pérez (voleibol), Jorge Hernández (boxeo), Adolfo Horta (boxeo), Silvio Leonard (atletismo), Alejandro Casañas (atletismo), Roberto Urrutia (levantamiento de pesas) y David Giralt (atletismo).
Aparte del choque Metros-Henequeneros, dos viejos conocidos, provincia de La Habana sorprendió a Vegueros, 3 a 2, con triunfo de José Manuel Pedroso sobre el estelar Jesús Guerra, quien falleciera recientemente; Ciego de Ávila, con Manuel Álvarez relevando en la lomita a Omar Carrero, aventajó a Villa Clara, 4 a 2; el cienfueguero José Ramón Sastre doblegó 5 a 2 a Forestales, que utilizó a Juan Carlos Oliva y Manuel Rivero, el Brujo, se anotó el éxito de Industriales contra Isla de Pinos, 14 a 2.
Leonardo Hernández, de Citricultores, derrotó, 3 a 1, a la mejor carta espirituana: Roberto «Caña» Ramos; Camagüey, con Alfredo Roque salió sonriente frente a Holguín, 7 a 1; Las Tunas venció a Guantánamo, 5 a 3, gracias a la labor de Gregorio Pérez; y Granma, con Rafael Castillo, no creyó en el principal lanzador cubano de ese momento, Braudilio Vinent, el Meteoro de la Maya, quien luciendo la franela santiaguera cayó vencido, 3 a 7.
La 17ma. Serie Nacional resultó histórica también porque vio coronarse por primera vez a un equipo de Pinar del Río, provincia que con el triunfo de Vegueros dejaba atrás el calificativo de cenicienta, con el cual la habían bautizado en materia beisbolera en la década del 60.
Bajo la dirección de José Miguel «El Conde» Pineda, registraron 36 y 14, para relegar a la segunda plaza a Industriales, 35 y 16. Después se situaron Camagüey, Forestales, Metropolitanos, Villa Clara, Cienfuegos, Guantánamo, Ciego de Ávila, Citricultores, Granma, Santiago de Cuba, provincia de La Habana, Holguín, Sancti Spíritus, Henequeneros, Las Tunas e Isla de Pinos, en una lid que se desarrolló por el sistema de todos contra todos, con 51 partidos para cada equipo.