Para entrevistar a Marlon Yant Herrera tienes que estar dispuesta a elevar mucho la vista, pues ante la descomunal dimensión del muchacho ni siquiera los tacones son un arma eficiente para alcanzar sus dos metros y dos centímetros de altura.
Pero este villaclareño no es solo tamaño, a sus 16 años es el voleibolista más joven de la selección nacional de Cuba. Sin embargo, su condición de adolescente no mella sus intenciones de ser algún día uno de los mejores atacadores auxiliares del equipo.
«Hasta ahora me ha salido todo bien, tengo muy buenas relaciones con mis compañeros y con el colectivo de entrenadores, siempre tratan de ayudarme y encaminarme lo mejor posible y me exigen igual que a los demás», enfatizó.
Durante 2017 Marlon formó parte de la selección subcampeona del mundo de la categoría sub-21 y también de la medallista de bronce del certamen universal para menores de 23.
«Este año he tenido que esforzarme al máximo porque los torneos a los que he asistido requerían de mucho empeño para poder lograr los objetivos, tanto en el plano colectivo como en el individual», aseguró el bisoño atacador que figura entre los fuera de serie del plantel cubano.
Marlon Yant también tuvo una participación importante en el premundial de la disciplina celebrado a principios de noviembre en Pinar del Río.
El «gigante de Villa Clara» fue crucial en la primera victoria del elenco criollo ante el plantel de Guatemala, partido donde se agenció 12 puntos y que abrió el camino de la sexteta local para finalmente dejar en casa uno de los dos pasajes mundialistas puestos en disputa en la justa.
Pero el hijo de la estelar Grisel Herrera, por muchos años miembro del equipo Cuba de baloncesto, no se conforma con estos resultados: «quiero seguir batallando para ganarme también la posibilidad a ser contratado en una liga extranjera», aseguró.