Oncena serie nacional de béisbol aficionado. Autor: José Lamas Publicado: 21/09/2017 | 06:46 pm
La pelota, ¿quién no lo sabe?, es para los cubanos mucho más que un simple juego. En el terreno de cuatro bases se dirimen pasiones, historias, cultura en su más extenso e intenso significado. Y la algarabía o frustración, que trasciende estadios y partidos, inunda como una ola nuestro día a día. Aun para los que no hayan practicado ni soñado con el bate y la bola.
No descubro nada nuevo con estas elucubraciones, pero me vienen a mano, como primer lanzamiento, después de recorrer con deleite la formidable galería de imágenes y textos que ensambla con precisión de relojero el profesor Jorge R. Bermúdez en su Antología Visual El Béisbol en la Plástica y la Gráfica cubanas (ArteCubano Ediciones, 2015).
El volumen, con dirección editorial de Isabel María Pérez Pérez; revisión y estilo de Ana María Muñoz Bachs, y diseño y realización a cargo de Ariel Rodríguez Méndez, ilustra, en 220 páginas, cómo nuestras artes visuales han vivido el fenómeno beisbolero, desde el siglo XIX hasta nuestros días.
«El arte es también un deporte, tal y como el deporte es un arte, y (...) jugarlo implica para todo verdadero artista conjugar talento, pasión y sacrificio», advierte el autor desde el pórtico. El banquete que sigue tiene la rara cualidad de mezclar la crónica personalísima con la teoría empírica y docta del juego, todo eso sazonado con oportunas referencias histórico-culturales, para ir acotando a cada tramo cómo andaba el score del país y su creación artística mientras avanzaban los partidos.
Del calado investigativo, ensayístico y poético de Bermúdez, ya han dado muestra sus antologías visuales sobre José Martí (2004), Ernesto Che Guevara (2006) y José Lezama Lima (2010), concebidas luego de que el autor había acumulado suficientes indagaciones por la plástica y gráfica nacionales, cuyos resultados se condesaron en previos volúmenes reflexivos como De Gutenberg a Landaluze (1992) y Gráfica e identidad nacional (1994).
Este nuevo acercamiento a las metáforas en la imagen está estructurado con un acápite histórico-introductorio «a manera de calentamiento», 11 entradas-capítulos, unos sustanciosos anexos y tres galerías: Colonia y República (1864-1958), Revolución primera etapa (1959-1999) y Revolución segunda etapa (2000-2015). Obras de artistas como Eduardo Abela Torrás, Kamil Bullaudy, Antonia Eiriz, Roberto Fabelo, Arístides Hernández (Ares), Alicia Leal, René de la Nuez, Pedro Pablo Oliva, Eduardo Roca (Choco), Juan Padrón, Giselle Monzón y Lázaro Miranda (LAZ), entre otros, dan luz a estos espacios expositivos dentro de la obra. Mención aparte merece Reynerio Tamayo, quien, a juzgar por las disímiles y atractivas aproximaciones a la pelota, parece erigirse como el artista visual cubano con mayor producción y logros en este perfil.
Si una deuda tiene la obra de Bermúdez, reconocida con franqueza por su creador, es la de no poder incluir el espléndido mundo de la fotografía de prensa sobre béisbol posterior a 1959, terreno que daría para otro juego-libro, también llevado a extraining. Sería una dicha que el propio autor pueda desarrollarlo.
Por lo demás, ojalá se multipliquen las presentaciones de la Antología, que desde que se «lanzó» hace algún tiempo en el Sábado del libro, cada vez que se vende en pequeños espacios suele desaparecer, como un jonrón manigüero.
El cuarto bate. Reynerio Tamayo (2013)
Por aquí no pasa nada. Rafael Pérez 2002
Antología Visual El Béisbol en la Plástica y la Gráfica cubanas: Jorge R. Bermúdez
Deporte Nacional. Eduardo Muñoz Bachs (1982)