El doble campeón mundial Lázaro Álvarez (izquierda) fue uno de los campeones en la final perfecta del boxeo cubano. Autor: Ricardo López Hevia Publicado: 21/09/2017 | 05:59 pm
VERACRUZ.— El boxeo, considerado sin dudas como el buque insignia del deporte cubano, ha dejado su impronta sobre otro cuadrilátero. El nuevo concierto de golpes y fintas de la «orquesta» dirigida por el guantanamero Rolando Acebal lo acaban de ofrecer en el World Trade Center, de esta ciudad, donde este sábado expiró el torneo correspondiente a los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe.
En la segunda cartelera final no hubo contención capaz de evitar el impacto de los swinnes y ganchos lanzados por los cubanos. La conquista de los cinco títulos disputados sin apenas tribulaciones, hablan a las claras de la hegemonía impuesta, más allá del disímil arsenal técnico de los rivales de turno.
«Abusadores, no dejaron nada para los demás», nos gritaba un fanático mexicano desde las gradas una vez finalizado el cartel, conocedor de que Cuba se agenció nueve de las diez medallas de oro puestas en disputa.
Fue el bronce mundial Yosbany Veitía (52 kilogramos) quien inició la noche perfecta de los puños cubanos. Siempre entró y salió tirando a la anatomía del colombiano Ceiber Ávila, se defendió bien de las acometidas del rival —quien se mantuvo siempre muy fogoso— y le pegó los golpes más efectivos. La victoria fue por votación unánime de 3-0.
Luego vino otra disertación de esgrima boxística por parte del bicampeón mundial Lázaro Álvarez (60). Superior en todos los órdenes y en el intercambio en las tres distancias, recibió férrea resistencia del mexicano Lindolfo Delgado. Pero no hubo dudas de su triunfo por 3-0.
«Era la última pelea del torneo. Por eso, debía demostrarle a los jueces que era más fuerte y más técnico que el mexicano, para que no hubiera dudas de mi victoria», comentó Álvarez a JR una vez finalizado el combate.
Más tarde, el campeón olímpico Roniel Iglesias (69) obtuvo el título de la AIBA que le faltaba en su vitrina. ¡Qué casualidad, es pinareño al igual que el monarca olímpico y mundial de lucha greco Mijaín López!
Iglesias mantuvo activo su letal jab de derecha, que combinó bien con su gancho de izquierda. Además, evadió los golpes lanzados por su rival y también mereció el 3-0 favorable.
En pos de la cuarta corona, y tras un primer tiempo de poco boxeo, el bicampeón del orbe Julio César La Cruz (81) acudió más en busca del colombiano Juan Carlos Carrillo. Lo encontró «a tiro» en varias ocasiones, no falló en su intento y logró pegarle con mayor amplitud para llevarse el veredicto de 3-0.
Y en la última pelea, el supercompleto Yoandris Toirac se enredó mucho en su combate contra el mexicano Edgar Ramírez. Pero sorteó los obstáculos e hizo más por la victoria, especialmente con su aceptado intercambio en los segundos finales de los dos últimos asaltos.