El brasileño César Cielo se coronó en los 50 metros libres y mariposa. Autor: Getty Images Publicado: 21/09/2017 | 05:12 pm
Solo seis medallas pudo compilar Latinoamérica durante el recién concluido Mundial de Deportes Acuáticos, disputado en Shangai. El resultado no alarmó siquiera por haber sido una de las regiones de más pobre desempeño —se sabe que nuestro discriminado apartado geográfico no destaca en el agua— sino porque el total de preseas emergió solo de un par de países, «casualmente» los de más desarrollo en el área.
Ya sabemos que la efectividad en este deporte es directamente proporcional al producto interno bruto de cada país, pero el hecho de que dos naciones de las 27 existentes en la región afiancen el flotante latino es muy poco cloro para tanta agua.
Efectivamente, Brasil (4) y México (2) se echaron al hombro una superficie que engloba más del 50 por ciento de la población de todo el continente, con destaque para los sudamericanos, quienes con un solo hombre brindaron un boca a boca a 577 millones de habitantes. Increíble pero cierto.
La lancha rápida que remolcó al Nuevo Mundo «descubierto» por Colón y clasificado por Vespucio fue el brasileño Cesar Cielo. El auriverde, aunque no revalidó su título en la prueba reina (100 metros libres) prendió las turbinas dentro y fuera del agua. Resulta que, además de coronarse en los 50 metros libres (21:52 segundos) y mariposa (23:10), venía dando mucho de qué hablar tras haber dado positivo por la presencia de un diurético en su sangre.
El supuesto dopaje escondido —las sustancias de este tipo se utilizan para camuflar estimulantes prohibidos— fue descartado por el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS). La corte autorizó la presencia de Cielo, certificando una contaminación por un complemento alimentario, sentencia que molestó a no pocos participantes.
El otro héroe brasileño fue Felipe Franca Da Silva, quien sorprendió con un oro en los 50 metros estilo pecho (27:01 segundos), en una distancia que no suele ser especialidad para los nadadores de su país.
Otra alegría carioca llegó fuera de los escenarios convencionales, pues Ana Marcela Cunha ganó los 25 kilómetros en aguas abiertas, con un crono de 5 horas, 29 minutos, 25 segundos y nueve décimas.
En el clavado, la conocida mexicana Paola Espinosa finalizó tercera en la plataforma, merced a una puntuación de 405,30. En tanto, el dúo de Yahel Castillo y Julián Sánchez conquistó igualmente un metal bronceado desde el trampolín a tres metros (437,61).
Europa resultó el continente más laureado en las piscinas, con 73 preseas. Por detrás, y con el protagonismo de Estados Unidos (32 medallas y monarca absoluto del certamen), ancló América, gracias a 45 preseas. Después quedó Asia (42 metales), con un significativo aporte del país sede (36).