El avileño Sander Fernández (derecha) ya demostró que puede definir una serie. Autor: Roberto Ruiz Espinosa Publicado: 21/09/2017 | 04:55 pm
La historia de resistencia habanera frente al favorito Ciego de Ávila no terminó. El más reciente capítulo se vivió este miércoles en Guanajay, donde los anfitriones rescataron un empate 1-1 que le dio alas al sueño de amenizar la final del fútbol cubano.
El partido se pintaba como una buena oportunidad para el asalto de los avileños, y apenas sonó el silbato se lanzaron a abrir las puertas de un triunfo que le ha sido esquivo desde hace tres años.
Pero equivocaron el camino. A falta de toques precisos se colgaron de los trazos largos y divididos, bajo un ritmo con demasiadas revoluciones.
En medio del nerviosismo inicial de ambos lados, la visita no encontraba la pausa necesaria, y los locales, acunados por su entusiasta público, lanzaban algunas andanadas de cierto peligro.
Así transcurrieron los primeros 25 minutos antes del cabezazo del avileño Alien Pérez que puso a funcionar el marcador. Inexplicablemente llegó solo al segundo poste, y remató a placer el cobro a balón parado del internacional Alain Cervantes.
El gol no tuvo efectos visibles, pues salvo la pizarra, todo lo demás se mantuvo inamovible. La conexión Sander-Duarte-Cervantes siguió funcionando a cuenta gotas, y los dueños de casa, sin muchas ideas en el mediocampo, continuaron apostando a la verticalidad de Boris González y Osley Guerrero.
Luces de ciertas mejorías aparecieron en el inicio de la segunda mitad, justo cuando Cervantes malogró el tiro de gracia de este duelo. No obstante, los alumnos de González Triana no se atrincheraron tras el resultado, y gracias a ello el partido ganó en recorrido.
Mas la perseverancia suele tener recompensas. El premio a la de los habaneros llegó a tres minutos del final, cuando una distracción en la zaga rival le abrió las puertas de la gloria a Osley, desató la euforia local, y postergó la celebración con jugo de piña para el partido de vuelta el próximo sábado en Morón.
Ese mismo día Villa Clara buscará sacar provecho a su mística ganadora en Zulueta, para concretar un resultado que le permita seguir luchando por el cetro.
Sorpresivamente el «Expreso» descarriló a su paso por el Patricio Lumumba agramontino, donde los anfitriones salieron airosos por 2-1 gracias a las perforaciones de Yaisnel Nápoles y Dagoberto Quesada.
Como consuelo, los «naranjas» sacaron del tinajón el tanto de Roberto Linares que puede ser definitorio para una semifinal prometedora, y tal vez con un desenlace inesperado.