El famoso cantante inglés Freddie Mercury probablemente nunca imaginó que una de sus canciones, The show must go on (El show debe continuar), se ajustaría tan bien a los descalabros de una disciplina deportiva. Hace una semana anunciábamos que el ciclismo estaba en la lista negra de los candidatos a desaparecer del programa olímpico y hoy los acontecimientos parecen cantar la famosa tonada.
Bernhard Kohl, el nuevo tramposo. Ahora es el austriaco Bernhard Kohl, tercero en el Tour de Francia 2008, el nuevo caso de positivo por uso de CERA, la última generación del conocido estimulante de resistencia EPO. Por supuesto, la «gracia» le costó este miércoles la separación oficial de su equipo belga Silence-Lotto, y se enfrenta a una condena de dos años de suspensión.
Así, la «joven promesa» del ciclismo austriaco se convirtió en la nueva decepción del deporte de las bielas y los pedales. Kohl recién compitió esta temporada con el equipo Gerolsteiner, donde militó también el alemán Stefan Schumacher, igualmente positivo por CERA. ¿Una simple casualidad?
Ante tal panorama, los organizadores de la prueba alemana de velódromo Seis Días de Stuttgart anunciaron que la edición de 2009, prevista para el mes de enero, está suspendida. Esta medida es otro de los numerosos «daños colaterales» que arrastra cada nuevo caso de engaño.
Junto a Khol y Schumacher, se sabe que la CERA corrió además por las venas de los italianos Leonardo Piepoli y Riccardo Riccó. Otros dopados son los españoles Moisés Dueñas y Manuel Beltrán, así como el ruso Dimitri Fofonov.
En total suman siete estafadores cogidos con las manos en la masa, un número demasiado alto. ¿Realmente debe continuar el show? La suspensión por dos años quizá sea una medida muy tímida. Bajar a los tramposos definitivamente de sus bicicletas puede ser la solución.