Santiago Hernández ganó la primera prueba del tiro a segunda base en un Juego de las Estrellas.
Si Lisdey Díaz consiguió, el último fin de semana, el aplauso del público santiaguero, antes lo hizo, nada menos que el 11 de marzo de 1965, un pelotero nombrado Santiago Hernández, vestido con el uniforme de Granjeros. El escenario, entonces, era el estadio Latinoamericano.
Según los archivos de Benigno Daquinta, una autoridad de las estadísticas en la provincia de Ciego de Ávila, los Juegos de las Estrellas se iniciaron en la segunda Serie Nacional. En la cuarta temporada, y como parte del tercer pleito entre destacados del este y el oeste, se instauraron, como en una feria de ilusionistas, las actuales competencias de habilidades.
Entonces Orestes Noroña y Miguel Cuevas pegaron tres jonrones per cápita, el propio Noroña conquistó la carrera de home a primera base, y Antonio «Tony» González negoció la vuelta al cuadro.
Además, Lázaro Pérez hizo el mejor disparo de los jardines a la goma, y Santiago Hernández fue el más certero en el tiro a segunda base.
Ahora Hernández está acogido al retiro en su provincia natal, y se dedica a ver la pelota por televisión. Está al tanto del equipo de su terruño, que lucha por una plaza de cara a los play off.