La colombiana Tulia Ángela Medina, una belleza sobre la plataforma. Foto: Armando Hernández.
Matanzas.— La polémica sobre si las mujeres deberían o no practicar el levantamiento de pesas sigue en pie. Este deporte ha tenido y tiene muchos detractores en nuestro país, al extremo que han pasado casi dos décadas desde su fundación y ahora es que se compite.Así, nos acercamos a las atletas que participaron en el XXVI Torneo Internacional Manuel Suárez y el V Panamericano juvenil, eventos que concluyeron anoche en esta ciudad, para buscar un poco de luz en este asunto.
Les cuento que ni una sola muchacha consideró que este deporte dañe su apariencia física, al contrario, coincidieron en que les mejora su figura y fortalece sus músculos.
Y hubo para escoger, pues nos tropezamos con algunas muy jovencitas como la colombiana Leidys Solís o la veterana estadounidense Robin Goad, de 37 años de edad.
Todas lucieron sus uniformes multicolores, bien ajustados, sonrientes y con mucha alegría; eso sí, ninguna tenía lógicamente las uñas largas, pero sí mostraron su gracia femenina. La colombiana Tulia Ángela Medina fue un ejemplo elocuente, pues subió siempre a la plataforma exquisitamente peinada, con sus pestañas bien pintadas.
«Las mujeres que levantan pesas se ven muy lindas en la plataforma; no perdemos la esencia de ser mujer; no afecta en nada, sólo nos aumenta la musculatura», sonríe esta joven que implantó tres récord en el Manuel Suárez y aspira a ganar en el verano en los venideros Juegos Panamericanos de Río de Janeiro.
Por su parte, Natalie Woolfolk, de Estados Unidos, confiesa que se va contenta de Cuba y confiesa y que «las pesas son un deporte que ha ganado mucha popularidad y no me gustaría practicar otro».
Lo mismo dice la mexicana Luz Acosta, estudiante de la Licenciatura en Psicología, quien también aspira a ganar en los Panamericanos. «Es un deporte fuerte, fascinante, de mucha disciplina y preparación», admite.
Entre las nuestras, la matancera Daymí Rodríguez manifestó que no se pueden esperar buenos resultados, pues apenas están comenzando y han incursionado en pocos eventos internacionales. «El equipo se prepara y torneos como este nos dan experiencia y conocimientos», comentó.
Poco a poco el camino de las pesas se irá abriendo, y ese deporte dejará de arrastrar la tan pesada carga de saberse en medio de un limbo: te quiero, no te quiero.
Vendrán las medallas y aquellos que le viraron la espalda a su desarrollo seguramente aplaudirán a las nuestras frente a un televisor o desde las gradas, como debió ser desde muchos años atrás.
Ah, los dichosos prejuicios... ¿Cuánto más tendremos que sufrir por ellos?