Algunos opinan que nuestro arbitraje debería ser más riguroso con las protestas de atletas y directores. ¿Usted qué cree? Foto: Juan Moreno Elanis Fe, trabajador de un Joven Club de Computación en Güines, La Habana, enciende hoy la polémica opinando que «a la final beisbolera deben asistir los 8 equipos de mayor cantidad de juegos ganados en toda la temporada, sin importar la zona a la que pertenezcan.
«Pinar del Río casi siempre clasifica primero de su grupo y por ende tiene la posibilidad de discutir el título, y sin embargo Las Tunas, que ha tenido mayor rendimiento en los últimos años, se ve perjudicado por la estructura actual».
Frankis Pérez, jefe de Mantenimiento de Zelcom S.A. piensa que, a diferencia de la pelota cubana, en otros lugares «los equipos de la misma ciudad se piden la cabeza, y aquí uno sirve de sucursal del otro. En cuanto al tema de los máximos ganadores, los Industriales son los primeros, pero juegan con el mismo nombre desde 1961, debieran sumarse los triunfos de Vegueros y Pinar, Azucareros y Villa Clara, sería mucho más justo».
Un especialista en informática, Víctor, nos suelta que «la reglamentación de los cien envíos no ha traído ninguna especialización. Los directores de equipo presentan un abridor y lo dejan hasta que consume el último lanzamiento. Si llega al noveno o al decimoquinto inning, ¡qué bueno!, y si acaba en el tercero, pues se acabó».
Este remitente puntualiza que «eso no tiene nada que ver con la especialización, eso es solo uso y gasto. Lo que se hace hoy aquí es preparar un iniciador y un relevista, pero si el primero terminó el juego, el otro sencillamente no es utilizado y, entonces, mañana veremos qué pasa».
Sin embargo, desde el Centro de Investigaciones de Ecosistemas Costeros de Cayo Coco, Omar Fernández, espirituano —«me muero por mi equipo», afirma—, opina lo contrario: «los cien lanzamientos han sido lo mejor que le ha pasado al béisbol en los últimos tiempos, tanto, que ha puesto a pensar a directores de equipos, como algunos que dejaban desfallecer a sus tiradores en la clasificatoria, para después no saber a quién poner en los play-off».
Por su parte, Juan Alberto Tabío, desde la ciudad de Morón, se alboroza con «¡Qué bién le hubiera venido la medida de los cien lanzamientos a tantos brazos que fueron dañados sin poder llegar adonde prometían!».
Y añade que «Matanzas no deberá salir en ningún momento de las Series Nacionales, pues representa a una provincia de muy fuerte tradición».
Finalmente, Francisco Rodríguez Ibarra, de Las Tunas, se pregunta «dónde está el endurecimiento del arbitraje que se había anunciado. En Grandes Ligas las protestas no existen y así es como tiene que ser. Ningún director tiene derecho a entrar en el terreno de juego e interrumpir el mismo con una protesta que no va a llegar a ningún lugar».