La gran sorpresa se la llevaron los empleados de un restaurante en San Diego, California, cuando entraron temprano en la mañana a preparar los desayunos y ya tenían a un «cliente» sentado en una de las mesas. Un pequeño león marino estaba listo para consumir y parece que no muy satisfecho con la lentitud del servicio intentó salir por una ventana. A su rescate llegó un equipo de Sea World, que comprobó que estaba bajo de peso para su edad y garantizó que ellos sí le darán un mejor servicio…