Un jovencito del poblado de Hull, en el estado de Georgia, recibió sorpresivamente un incremento de 31 000 dólares en su cuenta bancaria y ni tardo ni perezoso se dedicó a gastar la fortuna. Pero hubo un problema, la suma debió haber sido depositada en la cuenta de otro cliente del First Citizens Bank de igual nombre, Steven Fields. Al muchacho se le pidió al día siguiente que devolviera lo extraído, pero simplemente se niega diciendo que «el dinero es de una herencia» que él pensaba venía de su abuela. El banco también se paró en sus 13 y le advirtió que si no lo retorna será procesado. Tremendo lío en que está metido.