Las autoridades de una localidad de EE.UU. han tenido que llamar a los residentes de un edificio de apartamentos a la cordura y pedirles que dejen de colgar su ropa interior en una valla de seguridad que es propiedad pública. Los vecinos utilizaban la barrera para secar sus ropas más íntimas y la imagen que daban a los otros habitantes de la ciudad no era, por supuesto, la más bella. Ante la insistencia vecinal la policía ordenó construir otro vallado para que no se pueda acceder al improvisado secarropa.